Rodríguez Villalobos: «Nunca hemos tenido este volumen de inversión en la Diputación de Sevilla»

«Nunca hemos manejado estas cantidades en Diputación, nunca en la historia», explica el presidente, Fernando Rodríguez Villalobos , quien llegó al cargo en 2004, cuando la institución arrastraba una deuda de casi 200 millones de euros. «Era lo normal en aquella época, la institución tenía esa capacidad de endeudamiento», matiza.

La fabulosa inyección económica no es un regalo caído del cielo. «Este dinero es fruto de acumular remanentes positivos durante casi una década. Es decir, el resultado de una buena gestión», recuerda Villalobos.

¿Qué va a hacer la Diputación con todo este dinero? Un programa de ayuda a los municipios sin precedentes que ha sido bautizado como Plan Contigo . «En estos momentos difíciles hay que estar más que nunca al lado de los vecinos y de los ayuntamientos, especialmente aquellos pequeños y con menos recursos financieros», señala el presidente.

El Plan Contigo cuenta con dos ejes: fomento del empleo e inversiones.

El bloque de empleo, dotado con 100 millones de euros , se subdivide a su vez en dos grupos, fomento del empleo y ayuda a los empresarios. En el primero se contemplan contrataciones; constitución de simulaciones de empresas, oficinas de emprendimiento y orientación para que las empresas puedan formar a su futuro personal; contratación de dinamizadores turísticos; formación y contratación de parados de más de 45 años y fondos para mantener las oficinas de gestión del plan.

El bloque de apoyo a empresarios, por su parte, tiene seis líneas de ayudas: para autónomos y fomento del autoempleo ; ayudas a la contratación laboral; apoyo para la digitalización de empresas -para que puedan ser competitivas «y sumarse a la venta on line y otras tendencias actuales»-; ayudas para construir o equipar viveros de empresas y fondos para infraestructuras y modernización turística.

Según Villalobos, estos fondos se repartirán entre los municipios «en función del número de desempleados y de empresas, no por criterios políticos», y serán gestionados en un 86% por los propios ayuntamientos. «Respetamos la autonomía local, que es lo que he defendido toda mi vida. Para eso es la administración más cercana al ciudadano y la que mejor conoce sus problemas. Pero dentro de un riguroso marco normativo para evitar deslices», afirma. Los ayuntamientos deberán justificar el uso de este dinero, «y en caso contrario deberán devolver los fondos».

El segundo gran bloque del Plan Contigo son las inversiones, a las que se dedicarán 111,23 millones de euros. De este montante, 60 millones se reservan para inversiones directas en función de las necesidades de cada municipio. «Es el doble de importe del Plan Supera, cuyas obras estaban ligadas necesariamente a inversiones f inancieramente sostenibles . Ahora el margen de actuación es más amplio, por ejemplo, el 20% de estos fondos pueden ir a gasto no corriente», señala Villalobos.

Esta parte del Plan Contigo incluye también actuaciones con motivos tan diversos como reformas de ayuntamientos en mal estado, reactivación cultural y deportiva, renovación de maquinaria de limpieza, sellado de vertederos, emergencia social, planes de urgencia municipal, ayudas a poblados, o fomento de las sociedades de la información, un ámbito en el que «no podemos quedarnos atrás». También se contempla terminar o redimensionar edificios culturales y deportivos que se quedaron a medio construir con la crisis, como ocurrió en Marinaleda o Montellano .

Todos los detalles del Plan Contigo se pueden consultar en la web www.dipusevilla.es .

Además del Plan Contigo, la Diputación habilita otros 86 millones de fondos de anticipo reintegrables, es decir, dinero para que los ayuntamientos que estén en una situación financiera más delicada puedan renegociar sus préstamos para cambiarlos de corto a medio plazo.

La disponibilidad del remanente municipal sitúa a la Diputación de Sevilla como la tercera más saneada de España . Una situación que a Villalobos le genera «sentido de la responsabilidad y me hace pensar que al final todo tiene su respuesta en la vida y su momento: este dinero no es caído del cielo, sino de la buena gestión de los ayuntamientos».