La investigación por el robo en la parroquia de Carrión de los Céspedes apunta al sacristán

Diego R. G. fue citado este miércoles a declarar en calidad de investigado. Como detallan fuentes judiciales a ABC, esta persona negó las acusaciones que se dirigen contra él y aseguró que cualquiera pudo haber entrado en la parroquia aquella noche y llevarse la corona, el cetro del niño Jesús que acompaña a la talla mariana y varias piezas del ajuar de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario Coronada como jarras y un atril de plata. También desapareció dinero de los cepillos y el sagrario fue revuelto. A día de hoy, nada de ese botín se ha recuperado .

Las mismas fuentes judiciales consultadas señalan que la investigación que hasta hace unos meses no había arrojado grandes novedades, dio un giro importante a partir de un informe pericial que concluye que el autor del robo accedió al templo sin forzar ninguna cerradura y después manipuló desde dentro la puerta que comunica con la escalera del campanario y la forzó para simular que alguien había accedido a la fuerza por la zona alta de la iglesia. Sin embargo, la inspección ocular que realizó la Guardia Civil no encontró ninguna huella en el tejado ni en el hueco para acceder al campanario. Ningún vestigio de que alguien se hubiera colado por ahí.

Descartado que se hubiera forzado algún acceso al templo, la investigación se centró e n las pocas personas que tienen llaves de la iglesia. Otros indicios recabados durante las pesquisas han conducido a la jueza instructora a citar finalmente como investigado a esta persona, que llevaba unos siete años ejerciendo como sacristán en la parroquia . Uno de los detalles que llamó la atención desde el primer momento es que el autor o autores del robo habían sabido quitarle la corona a la virgen sin causar daños en la imagen. La pieza se adhiere a la cabeza de la talla con un sistema especial que pocos saben manejar, entre ellos el actual investigado.

Este robo se sintió especialmente entre los devotos de Carrión de los Céspedes porque además de la sustracción de piezas se profanó el sagrario. La corona robada era, además, un símbolo para la hermandad porque se labró en 1944 con las aportaciones en oro que hicieron todos los vecinos. «Desde jornaleros que entregaron sus anillos de casados hasta personas con mejor situación que dieron más joyas. Esa corona llevaba un trocito de todos los hogares y familias de Carrión y nos la arrebataron», recordaba el pasado mes de enero el hermano mayor, Miguel Ángel Benítez en una entrevista concedida a ABC coincidiendo con el primer aniversario del robo.

El Ayuntamiento no dudaba en tildar el robo de «sacrilegio» y en un comunicado emitido a la mañana siguiente de producirse el asalto, solicitaba la colaboración vecinal «Estamos consternados ante esta miserable acción en la cual se han sustraído enseres de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario y otros objetos religiosos de la Parroquia. Nos gustaría pedir la colaboración a todos aquellos vecinos que puedan aportar fotografías de cultos en las que aparezcan imágenes de los enseres sustraídos, y nos las hagan llegar al Ayuntamiento».

La noticia de la imputación de Diego R. G. no ha trascendido hasta ahora por lo que previsiblemente causará una enorme sorpresa entre los vecinos de Carrión. Hay que recordar que al cumplirse el año del asalto, se celebró hasta una eucaristía en recuerdo de lo ocurrido en un intento por que el caso no cayera en el olvido.