La Guardia Civil busca al autor de un violento atraco en un comercio asiático de Cantillana

El individuo aprovechó que estaba sola la víctima en el local para colarse dentro con intención de sustraerle la recaudación. Algunas informaciones llegadas a esta redacción señalaban que la mujer pudo haber sufrido también una agresión sexual. Un detalle desmentido por el Instituto Armado. Fuentes de la Benemérita confirmaron a este periódico que hay abierta una investigación para dar con el paradero del atracador.

La víctima, que es viuda y tiene dos hijos, salvó la vida gracias a la intervención de un vecino, que habitualmente pasa por el comercio de noche. Al entrar en el establecimiento se encontró a la mujer forcejeando con un individuo , que iba armado con un cuchillo. Al ver a ese vecino, el atracador emprendió la huida sin que haya podido ser localizado aún.

La comerciante presentaba numerosas lesiones en manos y brazos producidas por un arma blanca. Había intentado defenderse del atracador, del que se desconoce si se llevó dinero del negocio de alimentación.

La noticia del asalto corrió de inmediato por la localidad. La mujer era trasladada a un centro sanitario; mientras los vecinos trataban de buscar a algún familiar que pudiera hacerse cargo de sus hijos, de 12 y 15 años, ya que además de su madre no tienen más familia en el pueblo. Finalmente fue localizada una persona en la capital, que de madrugada se trasladó a Cantillana para recoger a los menores.

Las mismas fuentes consultadas han confirmado que la víctima se encuentra fuera de peligro y que los agentes trabajan con las pistas recogidas en la tienda y las que han podido aportar tanto la responsable del comercio como el testigo.

Los horarios nocturnos y los comercios en los que hay una dependienta sola son las circunstancias predilectas para los atracadores porque hacen más vulnerables esos establecimientos. Por eso, no se descarta que el autor de este asalto violento llevara días vigilando el objetivo para conocer las rutinas de la dueña, cuando se quedaba sola y apenas tenía clientela. Al filo de la medianoche, el ladrón encontró el momento propicio.