El monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce sigue a la espera de su restauración integral

La razón de este retraso, explican desde la Consejería que preside Arturo Bernal, se debe a la «complejidad» de las intervenciones que se deben acometer en un monasterio que es Bien de Interés Cultural (BIC) para consolidar estructuralmente y reparar daños en una serie de estancias que no se incluyen actualmente en la visita cultural, que se desarrolla solo en la zona que se recuperó en 2002.

Los trabajos pendientes afectan, en cambio, a la almazara, el pósito y las naves este y sur del Claustro de los Jerónimos, así como de la torre, que por el estado de conservación que presentan no pueden visitarse. Los proyectos están en fase de supervisión, ya que al tratarse de un Bien de Interés Cultural, y los técnicos de la Consejería, señalan, quieren tener previsto hasta el mínimo detalle. Así que una vez superen ese trámite se licitarán, aunque desde Cultura no dan una fecha próxima para ello.

La Comisión Provincial de Patrimonio ya dio luz verde el pasado año a estos proyectos y señalaba en su dictamen que las edificaciones ubicadas en las naves sur del claustro presentaban un deterioro «importante», siendo el estado de las cubiertas «lo más preocupante». También presentaban el mismo diagnóstico preocupante la torre, con un «deterioro avanzado» de la viguería de madera.

Estas actuaciones, como recuerda la Comisión de Patrimonio, se enmarcan en «una intervención de mayor calado», cuyo objetivo es la recuperación completa del monasterio. Para ello, en primer lugar, hay que consolidar estructuralmente estas estancias, que «consiga paralizar el avanzado estado de deterioro en el que se encuentra», así como que se «garantice su adecuado mantenimiento».

Esto permitirá la conservación del bien monumental hasta su definitiva restauración integral. Hay que recordar que estos trabajos de consolidación, por valor de unos cinco millones de euros, se anunciaron en 2021 que se iban a acometer con fondos Feder y tenían un plazo de ejecución de diecisiete meses.

Pero lo único que se ha hecho hasta la fecha en San Isidoro del Campo ha sido las obras de restauración de la cerca oriental del monasterio, con una inversión de 467.690 euros, que se finalizó en el otoño de 2021.

El monasterio fue fundado por Alonso Pérez de Guzmán y María Alonso Coronel en 1301, sobre los terrenos donde según la tradición, fueron encontrados los restos de San Isidoro antes de ser trasladados en 1062 a la Basílica de León que desde un año después lleva el nombre del obispo sevillano. Desde su fundación, San Isidoro del Campo estuvo bajo administración, primero, de la orden del Císter, y, posteriormente Jerónima.

En el siglo XVI acogió un importante grupo reformista, entre los que se contaba el monje Casiodoro de Reina, autor de la primera traducción de la Biblia al español en 1569, conocida como la 'Biblia del Oso', y que terminó sus días en Fráncfort huyendo de la Inquisición. Otros no tuvieron tanta suerte y terminaron ejecutados en autos de fe. Estos hechos inspiraron, 'Memoria de cenizas', la primera novela de la escritora y columnista de ABC Eva Díaz Pérez.

Su mayor periodo de expansión se vivió en el siglo XVIII, llegando a contar con con cinco claustros, mostrando una fisionomía heterogénea su arquitectura debido a lo dilatado de su construcción.

El convento se desamortizó en 1835, aunque volvió a tener uso religioso después siendo ocupado de nuevo por los Jerónimos entre 1965 y 1978. En 2002 la Junta de Andalucía recuperó la mayor parte de las dependencias medievales, donde destacan las dos naves de la iglesia, con un retablo de Martínez Montañés que es una de sus obras maestras, y el Claustro de los Muertos, una de las grandes joyas del arte mudéjar. Esta parte es la única visitable, a la espera de que Cultura acometa en los próximos años la recuperación del resto.