La dramática carta de la hija de una madre con el virus del Nilo: «Exijo medidas urgentes para evitar que más familias sufran como nosotros»

Su hermana, Inmaculada Pineda, asegura, además, a ABC que su madre, Granada Romero Ruiz, de 81 años, tiene confirmación del equipo médico que la atiende de que padece el virus del Nilo, al haber recibido el pasado martes la confirmación de la enfermedad del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, donde se envió el análisis de la punción lumbar que le realizaron.

Sin embargo, esta vecina de la Puebla del Río no aparece como afectada por esta enfermedad que transmiten los mosquitos del género 'Culex' en las estadísticas de la Consejería de Salud y Consumo, desde donde explican que aún no les consta la confirmación oficial del Virgen de las Nieves, pero que el equipo médico podría estar tratándola como una afectada porque todo apunte a que sea un nuevo caso.

De hecho, las estadísticas solo señalan como afectados a dos vecinos de Dos Hermanas, una mujer de 71 con patologías previas, que acabó falleciendo, y Fermín Fernández Paloma, que superó el virus y que relató su penosa convalecencia a ABC. A ellos se suma un vecino de Tomares, de 75 años, que ya ha sido dado de alta

Hay que recordar que la Consejería de Salud y Consumo ha detectado recientemente la presencia del virus del Nilo en los municipios sevillanos de Utrera, Los Palacios y Villafranca, Palomares, Dos Hermanas, Bollullos y La Puebla del Río. La Junta ha desarrollado e implementado desde 2021 el programa de vigilancia y control, al que se suma desde el año siguiente un sistema de vigilancia mediante trampeo en las áreas de riesgo de circulación de mosquitos para su detección temprana.

Sin embargo, a principios de mes trasladaron que la Diputación de Sevilla, «de forma reiterada, no ha ejercido las competencias de asistencia técnica y económica a los ayuntamientos de la provincia» para luchar conta el virus, aunque ambas administraciones limaron asperezas y la institución supramunicipal se comprometió a proceder de forma urgente.

En este contexto, las señales de alarma en la familia de Granada Romero Ruiz se produjeron, prácticamente, desde que su madre comenzó a mostrar los síntomas del contagio, ya que su padre, Daniel Pineda San Andrés, pudo estar afectado hace ocho años, cuando tenía 61 años por el virus del Nilo, «pero lo pudo superar porque estaba fumigando el día antes, porque era agricultor, y estaba fuerte como un toro».

Su padre, que falleció hace cuatro años a causa del Covid-19, le fue diagnosticada una meningitis, que presenta síntomas similares al virus del Nilo, pero su familia está convencida de que fue uno de los primeros casos que se detectaron en esta localidad.

Los primeros síntomas de su madre se produjeron, según relata Inmaculada Pineda, hace dos semanas con «unas diarreas, a los que no se le dio la menor importancia. Después comenzó a mostrarse cansada, hasta el punto de que ducharse le suponía un esfuerzo tremendo. El martes de la semana pasada se fue con mi hermana a Sanlúcar de Barrameda y al día siguiente le pide volverse para la Puebla porque se sentía muy mal. Mi madre es muy prudente y ya tenía que estar muy mala para decir vámonos».

«El jueves por la mañana vamos a las urgencias del Virgen del Rocío, donde estuvo hasta la tarde noche. Le comentan que tiene un virus y nada más», continúa su hija, el viernes por la mañana llama al 061 pidiendo una ambulancia. «Me dicen que me mandan un médico de cabecera y me niego, porque mi madre necesita una ambulancia», señala Inmaculada Pineda, que ante la demora de la ambulancia vuelve a llamar y «en el 061 me toman por pesada». Finalmente, añade, llegó un equipo médico «una hora y media más tarde, que entiende que mi madre ya ha sido atendida y vienen por si se necesita más ayuda. Nos manda directamente la ambulancia».

Al llegar al Virgen del Rocío, el médico que les atendió aceptó hacerle la punción lumbar a Granada Romero Ruiz para ver si tenía el virus, al relatarle su hija que era el mismo episodio que vivieron con su padre. Con todo, la madre es tratada por los médicos con corticoides, como si tuviera una meningitis.

«El martes nos confirma el equipo médico, que han recibido el resultado de los análisis de Granada, que es el virus del Nilo. Mi madre se está debatiendo entre la vida y la muerte. Pero en la Junta me dicen que no tienen esos datos de Granada» y, por tanto, no la reconocen como afectada. A pesar de ello, el equipo médico, relata su hija, la está tratando como si tuviera el virus, ya que le han retirado la medicación de la meningitis. «No le están dando nada, porque no hay medicamentos contra esta enfermedad. Hay vacunas para los caballos, pero no para las personas».

Ante esta situación su hermana Granada Pineda ha enviado una carta abierta afirmando que ella y sus cuatro hermanos «nos sentimos impotentes» al ver cómo están combatiendo las administraciones el mosquito que transmite el virus del Nilo, donde entienden que «se prioriza la protección de ciertas especies naturales por encima de la salud y la vida de las personas».

«Vivimos en la Puebla del Río, una zona de Marismas y arrozales donde los mosquitos han sido siempre una constante. Desde los años cuarenta, con la llegada de los valencianos y el cultivo de arroz, se ha fumigado regularmente, manteniendo la población sana y con un equilibrio natural, que nos ha traído hasta aquí, manteniendo un equilibrio entre cultivos, vida humana y referencias medioambientales. Ahora nos dicen que fumigar es perjudicial para la salud y el entorno natural, ¿pero acaso el mosquito que está matando personas no lo es?», mantiene en la misiva.

Afirman que, al igual que la Junta de Andalucía no reconoce a su madre como afectada, «están ocultando datos sobre la cantidad de personas infectadas, evitando que se haga pública la gravedad de la situación». Por todo ello, esta vecina de la Puebla del Río, invita a los responsables de «Medio Ambiente y de la autoridad sanitaria de la Junta de Andalucía a visitar a mi madre en el hospital y ver con sus propios ojos la realidad de su sufrimiento. Si tienen un mínimo de humanidad, actúen antes de que sea demasiado tarde».

«Ver cómo se va mi madre porque algunos han decidido que su vida es insignificante, llega a ser desgarrador», señala Granada Pineda, «nuestro pueblo, nuestra gente no merece más sufrimiento ni más miedo».