Las mascotas, protagonistas en las parroquias nazarenas para celebrar el día de San Antonio Abad

La tarde, en tres templos nazarenos, ha estado marcada por este acto. La forma de celebración ha sido diferente aunque el objetivo ha sido el mismo.

Así, en la parroquia de Nuestra Señora del Rocío, el párroco Carlos Carrasco Schlatter, ha permanecido durante tres horas para recibir a personas con sus mascotas. Ante el Altar Mayor, con una pequeña pila con agua bendita y un clavel blanco, haciendo las veces de hisopo, ha ido bendiciendo a los animales que sus propietarios habían llevado. De forma tranquila, ha podido departir con cada uno de ellos y les han contado cómo era su animal de compañía, lo que significaba en sus casas, etc

La pequeña perrita Mika iba en brazos de sus dueños y no le hizo mucha gracia recibir el agua mientras que el gato Jabibi – que significa 'cariño' en árabe, como explicaba su dueña- le ha encantado que el agua bendita cayera sobre su cabeza. Y más encantada y agradecida se encontraba su propietaria al haber podido participar de este acto por primera vez.

La gata Tania y la perra Haru comparten casa y han sido llevadas a bendecir juntas. Su dueña es una gran amante de los animales, y confiesa riendo que «a veces más que de las personas». Allí han contado que pese al tamaño del can, la que domina la situación es la felina y que era la segunda vez que participaban de la bendición.

Al coincidir personas saliendo y entrando de este acto han podido compartir experiencias y hablar sobre sus mascotas, en un ambiente tranquilo y distendido.

El párroco afirma que su «parroquia, cuya titular es la Virgen del Rocío, está relacionada con la naturaleza desde su propio nombre y nos vincula con una barriada que ha encontrado en el vínculo con los animales, un vínculo con la naturaleza y con la creación de Dios, con todo lo que el Padre nos ha ido regalando. Este acto de bendición de mascotas es una forma de reconocer las maravillas que ha hecho Dios en el mundo. En esta tarde le hemos dado las gracias a estos seres que tanto cariño dan a las familias».

Distinta ha sido la tarde en la plaza de entrada a la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y San José de Calasanz de Montequinto. Allí cada año, desde hace más de diez, se organiza una fiesta en este día. Tras las palabras del párroco, Francisco Javier Nadal Villacreces, los dueños con sus mascotas han pasado a recibir la bendición. Y han recibido una chuche de regalo.

María va acompañada de su madre y lleva a su gato en sus brazos; su amor por él se aprecia sólo al verla y su ilusión al recibir la bendición se contempla en sus ojos.

El caso más curioso ha sido el de una señora que ha llevado fotografías de sus gatos para ser bendecidos ya que ha comentado que con tanta gente estarían nerviosos y no los había llevado. Sin embargo, quería que recibiesen el agua bendita.

Aparte de gatos ha habido peces, un canario, hámster, conejo y, sobre todo, perros.

Según el párroco, «es un acto sencillo y simpático que pretende agradecer la obra de Dios y aunque es verdad que los animales nunca podrán sustituir la relación de amor que se tiene entre las personas sí es cierto que estos ocupan un lugar muy importante en nuestra vida, sobre todo, en las que encuentran en ellos un refugio a su soledad. Al bendecir pedimos a Dios que los proteja, los cuide y que nos sensibilice ante su respeto y cuidado».

Por otro lado, en la parroquia de Nuestra Señora de Valme se ha celebrado este acto por primera vez y presidido por su nuevo rector y vicario de zona, Tomás Montes. El lugar elegido ha sido la puerta de acceso y hasta allí han llegado propietarios con sus mascotas para que fueran bendecidas.

El párroco manifestaba que «el fin principal es implorar la bendición de Dios sobre las mascotas, parte importante en la vida de muchas personas y familias y a su vez, con este acto, se acerca la parroquia a la feligresía».

Para quienes no hayan podido asistir hoy, el domingo 19 se celebrará este acto de bendición al término de la Misa de 12.00 horas en la parroquia de Nuestra Señora de La Oliva.

El párroco, José Diego Román, cuenta que «a todos los niños de catequesis se les invita a que vengan con sus mascotas y se les explica que los animales no se bautizan sino que se bendicen. Así que ya aprovecho y se continúa con la catequesis. Y además, con este acto, se pone de manifiesto que los animales son criaturas de Dios, distintos a las personas por supuesto pero también seres de Dios».

El acto se convierte en un momento entrañable protagonizado sobre todo por los más pequeños y sus mascotas quienes comparten momentos de convivencia.