Juan Varela, testigo privilegiado de la Dos Hermanas del siglo XX

A sus 82 años, Juan Varela hace memoria e indaga entre sus recuerdos para poner en pie una historia, cuyos protagonistas son personas reales, con nombres y apellidos. «Se puede decir que ya me pasé al paro y que no tengo más compromisos que los que tenga en la casa», bromea ahora mientras rememora parte de sus recuerdos.

Sin embargo, no siempre sus andanzas por Dos Hermanas fueron tan sosegadas. Fue presidente de los jóvenes de Acción Católica , movimiento que sirvió para despertar en Varela su lado más comprometido con la sociedad e iniciar así un periplo que lo llevaría a formar parte de la HOAC (Hombres Obreros de Acción Católica), a ser parte activa de las primeras Cáritas interparroquiales y a representar a los trabajadores dentro de la Organización Sindical durante la dictadura.

Tiempos, nada fáciles, que compaginaba con su trabajo en el Banco Central como profesor mercantil y auditor censor jurado de cuentas que era. « Estar en el sindicato era difícil, había que jugársela siempre », reconoce Varela mientras recuerda aquella vez en que dos guardias entraron en el banco buscándolo, «el teniente que me interrogó me dijo que me iba a tener que ir a vivir mucho más allá de Francia».

Lejos de amedrentarlo y pese a los consejos del juez de paz Jurado Saldaña –«Juan, deja de meterte en líos, tienes mucha familia y no sé si merece la pena»–, Varela dio un paso más en su carrera. Fue concejal como representante del tercio de familia en el Ayuntamiento nazareno a principios de la década de los setenta. Desde su posición, primero en el sindicato y luego como concejal, pudo ser testigo primordial de la creación de las primeras comisiones de barrios, el germen de lo que posteriormente serían las asociaciones de vecinos, con las que trabajó de cerca para la mejora de las infraestructuras de las que carecían, por aquel entonces, zonas como Ibarburu o el barrio Pachico.

Su labor como concejal no pasó tampoco desapercibida. Denunció, junto a otros compañeros, lo que consideraron injusticias llegando incluso, en una ocasión, a ser destituidos de sus cargos por una acusación contra el alcalde. Luego, el gobernador civil resolvería a su favor el recurso que presentaron.

Coqueteó con sindicatos como UGT, CCOO o CNT, y asistió a reuniones políticas con Alfonso Guerra y Felipe González o Alejandro Rojas Marco, pero nunca formó parte activa de ninguno de ellos. Militó, eso sí, en la UCD de Adolfo Suárez -que visitó Dos Hermanas durante la campaña para las legislativas de 1977- y fue concejal de la primera corporación democrática del Ayuntamiento.

Su andadura política terminaría poco después, tras presentar su dimisión en el partido y en el Ayuntamiento por discrepancias con la dirección, motivadas fundamentalmente por el proceso de la autonomía andaluza. Rondaba ya los cincuenta años cuando dejó el Banco Central y montó su propio despacho de asesoría y contabilidad, en el que se mantendría hasta su jubilación, y que ahora dirigen sus propios hijos.