Los agentes estaban trabajando dentro del Plan de Actuación Inmediata contra la Siniestralidad, que viene realizando la Agrupación de Tráfico para reducir las infracciones al volante. En esta ocasión, el conductor detenido superaba en 92 kilómetros por hora de velocidad permitida en la citada carretera, considerado como tramo de Intensificación de Vigilancia de la Velocidad (Invive), según ha señalado la Guardia Civil en una nota. Estos tramos que llevan esa denominación son zonas clasificadas como peligrosas.
La Guardia Civil recuerda que la comisión de un delito por exceso de velocidad se produce cuando el exceso de velocidad supera los 60 kilómetros por hora a la permitida reglamentariamente en la vía urbana, y los 80 kilómetros por hora a las vías interurbanas, como le ha ocurrido al investigado.
Para este tipo de delitos, el Código Penal contempla una pena de prisión de entre tres y seis meses, o una multa económica de entre seis y doce meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de una duración entre 31 y 90 días. En cualquiera de los casos, será inevitable para el conductor infractor la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por un tiempo superior al año y hasta cuatro años.
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