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Badolatosa: No era Jauja, pero cerca
El Ayuntamiento de Badolatosa se ganó la portada de ABC hace ahora 55 años por la entrega de la primera medalla de oro del municipio al Jefe del Estado en el palacio de El Pardo
Sevilla
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Iniciar sesiónEn el mapa de descargo del secretario regional socialista, Juan Espadas, Badolatosa aparecía coloreada de rojo: el domingo, ganó el PSOE con un 39,8% de los votos seguido de Sumar, con un 33,4% de sufragios. Es decir, una abrumadora mayoría de izquierdas. Pero ... la primera vez que Badolatosa se aupó a la portada de ABC, el 12 de junio de 1969, estaba teñida con el azul del Movimiento, el partido único franquista: la corporación municipal hizo entrega, en el palacio de El Pardo, de la primera medalla de oro del municipio concedida «clamorosamente» a Franco.
El gobernador civil, José Utrera Molina, y el alcalde, Adolfo Corrales Ríos, fueron recibidos por el dictador en su residencia, aquella en la que la leyenda urbana divulgaba que la lucecita de su despacho nunca se apagaba, tales eran los desvelos del autócrata por su pueblo. La audiencia privada con el Ayuntamiento en pleno no hubiera tenido mayor trascendencia –por El Pardo pasaba un sinfín de corporaciones, asociaciones, colegios y, en general, todo el que quería pintar algo en la España del momento– de no ser por lo que había sucedido en 1963.
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Una crecida del Genil entre el 16 y el 17 de febrero de 1963 había arrasado el municipio, destruyendo industrias, arruinando unas 250 casas y dejando daños evaluados en 15 millones de pesetas. Utrera Molina llevaba ocho meses en el cargo, que llevaba aparejado el del jefe provincial del Movimiento, y, con los reflejos de político con olfato que le caracterizaron, se encajó en Badolatosa. Congregó a los vecinos, la mayoría damnificados de las inundaciones, en la plaza del pueblo «animándolos con mis palabras», recordaría en sus memorias. «Me comprometí personalmente a que no pasarían muchas horas sin que el jefe del Estado conociera directamente los daños que allí se habían producido», rememoraba.
Dicho y hecho, Franco recaló en Badolatosa diez días después de las graves inundaciones, de camino a Sevilla viniendo de Granada. «Nunca, hasta hace escasos días, habían llegado hasta él un gobernador civil, ni mucho menos un jefe del Estado. Este pueblo ha sufrido más que ninguno, tanto como Écija», reseñaba la crónica de ABC del día 27 de febrero de 1963. Utrera Molina recordaba una pancarta de bienvenida: «Sabíamos que vendrías».
Reflejos políticos
Utrera Molina había comprometido la visita de Franco: a los diez días estaba en Badolatosa
La violencia política durante la II República y la represión franquista tras la Guerra había sido especialmente virulenta en la Sierra Sur sevillana, donde las desigualdades sociales estaban muy marcadas. Esa memoria seguía estando viva cuando Franco la visitó en 1963 y cuando su corporación municipal le hizo entrega de la medalla de oro en agradecimiento por sus desvelos, resumidos en un álbum de fotos que llevaba Utrera Molina: barriada de casas nuevas, grupo escolar, alcantarillado, traída de aguas y muchas calles pavimentadas.
A tenor de aquella catarata de realizaciones, podría pensarse que Badolatosa era jauja. Queda cerca, desde luego: Jauja, la pedanía de Lucena, está a tres kilómetros remontando el Genil. Por cierto, en Lucena ganó el PP en las europeas del 9-J.
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