Recuperar una nochevieja sin petardos en Villamanrique de la Condesa

Con disfraces elaborados o cuatro sencillos trapos y una careta, amigos y familiares se congregaban en una plaza que se quedaba pequeña y se llenaba de alegría . Los mayores y pequeños también acudían para disfrutar y compartir el ambiente de alegría, risas y felicitaciones.

Esta pequeña tradición que se instauró con la llegada de la democracia fue decayendo con la entrada de los 2000. La mayor comercialización de petardos, que fueron aumentando en tamaño y potencia, se fue apoderando de la noche que poco a poco fue siendo cada vez menos amigable .

A punto de comenzar una nueva década, el Ayuntamiento quiere recuperar para todos la alegría de esta fiesta. Un nuevo equipo de gobierno joven, con Susana Garrido como alcaldesa, ha trabajado por devolver al pueblo aquel espíritu de magia y convivencia .

En la noche del 31 de diciembre se repartirán bolsas de cotillón a quienes se acerquen a celebrar la llegada del año nuevo y tras la campanadas ofrecerán un espectáculo de música. El artista local Damián Solís abrirá 2020 con un concierto y el fin de fiesta estará amenizado por el DJ Álvaro Canilla.

Manuel Solís es uno de aquellos jóvenes que se ha criado con el ambiente de las buñolás y hoy, como delegado de Festejos y Seguridad, ha preparado el dispositivo para que la fiesta no pierda su espíritu .«Somos conscientes de que llevar una fiesta a la plaza del pueblo con música y DJ en una noche como esta da pie a que al haber más gente en la calle vuelva el uso de los petardos o haya quien pueda excederse pero para contrarrestarlo prepararemos un dispositivo especial de seguridad », comenta a ABC.

Desde el Ayuntamiento hacen un llamamiento a la responsabilidad y al ocio consciente . «Desde siempre ha habido petardos. Nos encantaban de niños y así sigue siendo entre muchos a día de hoy, pero desde hace algunos años los hay que suenan como auténticas bombas. Es exagerado, molesto y peligroso», relata Solís, que además comparte que «también hoy día somos más conscientes del daño que ocasiona a personas con autismo o asperger, además de a los animales».