«Hay un asesino suelto en San Juan de Aznalfarache, alguien sabe quién es y no habla»

Con la rabia contenida habla Ángeles, prima carnal de la fallecida y una de las promotoras de las acciones que han emprendido los familiares de Loli para que su caso no termine en el cajón de asuntos sin resolver . Este lunes se concentraron en la barriada de su Eminencia, en Sevilla, de donde procede la familia biológica de la asesinada. Loli tenía, además, una familia de adopción, que la acogió cuando apenas tenía tres meses de vida.

Su madre había caído en el mundo de las drogas y en su entorno decidieron mandar a la pequeña con unos familiares lejanos para alejarla del peligro. «Su padre adoptivo Paco fue un buen padre para ella y ahora, con 81 años, está completamente destrozado porque su pequeña cogió el mismo mal camino que su madre».

Loli era toxicómana y aquella noche salió en busca de su dosis acompañada de su perro. Fue brutalmente agredida en la citada plaza, ubicada en el barrio alto de la localidad. Muy cerca se encuentra la comisaría local de Policía.

La investigación está bajo secreto de sumario y los familiares no tienen apenas información de cómo están las pesquisas. Sí les ha llegado que los agentes han interrogado en calidad de investigados a varias personas, pero que a día de hoy no hay nadie detenido como autor material de los hechos.

Están convencidos de que alguien puede aportar información relevante que les lleve al esclarecimiento del caso: «Es imposible que nadie escuchara o viera algo. Una agresión así, en plena calle. Estamos convencidos de que hay mucho miedo».

Hace unos días, los familiares empapelaron la plaza Blas Infante y calles adyacentes con la foto de Loli y un mensaje de petición de ayuda. «Recuerdo que una señora mayor nos vio pegando los carteles, y nos dijo que allí se conoce todo el mundo y que tienen que seguir viviendo en ese mismo pueblo. ¿Qué me quería decir, que hay miedo a represalias ?», se pregunta la prima de la fallecida.

El exdelegado del Gobierno, Lucrecio Fernández, confirmó a los pocos días del crimen que se descartaba la violencia machista y que había abierta varias líneas de investigación. En el momento del asesinato, Loli no tenía pareja sentimental conocida. Vivía con su padre adoptivo y su hija de 17 años, con la que se ha volcado la familia.

La familia no está dispuesta a que la muerte de Loli caiga en el olvido y este miércoles organizarán una concentración en la misma plaza donde fue brutalmente asesinada Loli.