150 días esperando una llamada de Maloma

La llamada, en la que Maloma pidió a José Morales que se «dialogase» entre las dos familias con el fin de acordar una solución que le permita mantener la relación con ambas, ha llegado después de que más de 250 personas se manifestasen en Sevilla pidiendo la liberación de la joven. Unos días antes era la organización internacional Human Rights Watch la que se mostraba preocupada por las «restricciones a los derechos de las mujeres» y daba su apoyo a la familia española de la chica a través de una misiva. «Retener a alguien contra su voluntad es un delito, no importa la nacionalidad», insisten desde la entidad.

Después de retomar el contacto telefónico con Maloma, la familia se muestra muy satisfecha con este nuevo «avance», y dispuesta a explorar todas las vías posibles para llegar a un acuerdo que permita a la joven «ir y venir de los campamentos con libertad de movimientos», como expresó durante la llamada a su padre. Según dijo, se encuentra en el campamento de refugiados de Smara , en Tinduf, lo que desmiente los rumores de que la habían vuelto a llevar a los territorios liberados.

Cinco meses después

La última vez que Maloma habló con su familia fue el 25 de diciembre. Entonces, un agónico «sacadme de aquí, que me muero» fue el punto de partida para que sus padres adoptivos, su pareja Ismael Arregui y el resto de su entorno se volcasen para que la joven volviese a España. Desde entonces, y más aún desde la liberación frustrada, no han dejado de pedir a las autoridades españolas y saharauis que les facilitasen una llamada telefónica con la joven para comprobar que estaba bien. «Lo único que quiero es escuchar la voz de mi mujer«, ha repetido Ismael con insistencia . Ahora esa llamada se va a repetir ya que, según explicó Maloma a José Morales, sus parientes saharauis le van a facilitar un teléfono para que pueda comunicarse con ellos libremente hasta que se llegue a una solución sobre su futuro.