El acceso a una urbanización de Alcalá de Guadaíra convertido en punto negro de tráfico

El acceso a la urbanización formada por 170 viviendas , la mayoría primera residencia se hace de forma directa en un sentido y con una pequeña raqueta en el otro. Pero la peligrosidad es evidente. No está iluminada, tiene una señalización deficiente. La carretera hace un cambio de rasante que limita la visibilidad del coche que espera en para hacer la incorporación a la urbanización y además la ubicación en una recta hace que los coches adquieran una velocidad notable. Eso fue lo que pasó en el último accidente. Un conductor que circulaba a velocidad elevada perdió el control de su coche y chocó con el del vecino de la urbanización que iba a entrar en ella.

Los accidentes en este punto de la carretera que comunica Mairena del Alcor con Sevilla son constantes, los vecinos cuentan cómo han visto coches volcados o como vehículo arrancó la marquesina de autobuses próximas. Para los peatones que circulan hacia una venta y un vivero próximos el peligro es también evidente. Este último caso posiblemente sea el más grave y ha causado una profunda conmoción en los vecinos de la urbanización, entre los que era muy conocido y estimado. Fue necesaria la intervención de los bomberos para excarcelarlo del coche en el que había quedado atrapado. Estos días todos siguen su evolución en la UCI, donde ya ha sufrido dos intervenciones.

La Asociación de Vecinos de la zona explica que ha puesto la situación en conocimiento del Ayuntamiento de Alcalá de forma reiterada desde hace años sin lograr ningún resultado. Ahora han comenzado a movilizarse y han creado varios grupos de trabajo para reclamar soluciones ante las distintas administraciones y no descartan más adelante la realización de acciones de protesta.

No es el único problema que padecen vinculado con la carretera. Cuando se producen lluvias es frecuente que algunas viviendas sufran inundaciones . Las cunetas están faltas de mantenimiento y limpieza y eso hace que en caso de lluvias fuertes rebosen con toda el agua que arrastran desde zonas más elevadas y llenen de agua y barro las viviendas próximas. En ocasiones, los propios vecinos han limpiado estas cunetas aunque se trate de labores de mantenimiento que no les corresponden.