CASTILBLANCO de los Arroyos
La Junta reniega de la depuradora que acabe con el problema de agua en Castilblanco
El pueblo que riega a Sevilla con el embalse de Melonares padece problemas de sabor, olor y color de agua que la Junta se comprometió en 2011 a subsanar
La Junta reniega de la depuradora que acabe con el problema de agua en Castilblanco
Un acto tan cotidiano como beber un vaso de agua del grifo puede resultar disparatado si se hace en Castilblanco de los Arroyos, donde hace cuatro años el alcalde, Segundo Benítez (PSOE), apuntaba que la solución a los problemas de sabor, color y olor del ... agua pasaba «por la construcción de una nueva Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) » que la Junta de Andalucía se había comprometido a licitar. En plena precampaña para las elecciones municipales de 2011, el primer edil sostuvo que la Junta se había comprometido a construir esta nueva infraestructura para el próximo mandato, pero la promesa no tardó en caer en saco roto.
La estación de agua debió ejecutarse a lo largo de la legislatura que ahora acaba, y finalmente ha quedado en suspenso. Las obras para la mejora del abastecimiento en esta localidad de la Sierra Norte de Sevilla se limitaron a una reforma en las instalaciones del embalse de Los Molinos, que abastece actualmente a este municipio.
A finales de octubre, una sábana de peces muertos cubría las aguas del antiguo embalse de La Marciega. La voz de alerta la dieron los vecinos al acercarse hasta estas instalaciones municipales de escasa capacidad que puntualmente abasteció a los hogares. Las fotografías de los peces muertos abrieron un debate sobre los males del agua de la red pública, a los que se suma la escasez en diferentes períodos, que padecen de manera recurrente. Seis meses después de aquel suceso, atribuido por el Ayuntamiento a la variación de las temperaturas propias del otoño, los vecinos no han sido informados de los análisis que se llevaron a cabo para determinar la mortandad de los peces.
Reses en descomposición
La escasez de recursos hídricos en la presa de Los Molinos dejaba en noviembre de 2009 otra estampa controvertida que sirvió a los castilblanqueños para explicar el mal sabor y olor del líquido que sale de sus grifos: una vaca en estado de descomposición junto a las charcas donde se acumulaba, entre cieno y restos de peces, el líquido elemento. El consistorio resolvió esta crisis activando el sistema de depuración del viejo embalse de La Marciega para garantizar el servicio hasta las primeras lluvias.
El precario abastecimiento en el pueblo que está dando de beber al área metropolitana de Sevilla gracias al embalse de Los Melonares es paradójico, ya que «el 80% de la población no consume el agua que sale del grifo» . Lo afirmaban en febrero de 2011 desde el equipo de Gobierno, cuando tuvo lugar la última crisis, debido a la “alta concentración de aluminio” en el agua de la red de abastecimiento. Para abordarla, se prohibió durante unos días «beber y usar para las comidas el agua procedente de la red pública».
Lo que en 2011 ocurriese sigue siendo una incógnita, ya que el consistorio no hizo públicos los informes para determinar las causas de este suceso.
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