En cuarentena
Historias de hermandad
Las hermandades son mucho más que el escándalo, más que los comisionados, los puñales y la ojana encubierta al más puro estilo sevillano
Programa de la Semana Santa de Sevilla 2025
Lo han vuelto a hacer, sí señor. Han metido el dedo en la llaguita donde más duele, pero con respeto y guasa... mucha. Me refiero al último vídeo de los amigos del Palermasso, en el que Antonio Garrido, Pani, Isidro y José Luis Penella ... retratan con ironía cómo se desarrollan y celebran en el seno de las hermandades las elecciones a hermano mayor. Con finezza nos presentan tres realidades, exageradas para conseguir la comicidad, pero en las que todos nos hemos visto representados. No lo nieguen. ¿Quién en su hermandad no ha pensado inmediatamente en el personaje de rancio abolengo, de familia de toda la vida, que sólo quiere mantener la tradición y sus maneras de hacer las cosas? Aunque al final se convierta en bolchevique pinta fachadas, este tipo de miembrodejunta genera cierta ternura, por aburrido, más que nada. ¿Y qué me dicen de aquellos que, normalmente unidos al bloque costaleril, buscan la compra de los votos prometiendo agrupaciones musicales o rosarios gaditanos, izquierdos y demás parafernalia? Por no hablar del rico que, con la cartera llena, sabe que tiene a la hermandad en su bolsillo. ¿Qué dice usted? ¿Que nos ayuda con el estreno de la nueva saya? No importa, quédese a la subida al paso, que aunque sólo los miembros de junta son los que deben estar aquí, usted es siempre bienvenido.
En fin, las historias de las hermandades que no voy yo a descubrirles a estas alturas de la película cofrade. Lo triste, y lo divertido, es que nos tomamos esto con deportividad. Si hasta para reírnos de las mamarrachadas de carteles tenemos arte. Aún siguen rulando las adaptaciones del malhadado cartel de Gordillo en la Macarena, y sonreímos. Porque sabemos que no se puede luchar contra la realidad, ni debemos quedarnos en esa superficie. Las hermandades son mucho más que eso, más que el escándalo, más que los comisionados, los puñales y la ojana encubierta al más puro estilo sevillano.
La eternidad de una corporación, centenaria o con pocas décadas de vida, está por encima de las mediocridades y perdura, siglo tras siglo, a pesar de los saltimbanquis marcha en ristre, los retrógrados que mantendrían la hermandad inamovible en el tiempo, con los peligros que ello conlleva, y el tipo que manda y maneja a golpe de talonario.
Por eso los chicos del Palermasso, que cumplen 10 años, dan en el clavo. Y por eso van a durar lo que ellos quieran, enfrentándonos a nuestras propias caricaturas. Que aceptamos porque nos da la gana. Dice el refrán que otros vendrán que buenos nos harán. Así sea.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete