La Virgen del Mayor Dolor y Traspaso de Dos Hermanas tuvo un gran poder de convocatoria en su salida extraordinaria

Desde la Cruz de Guía hasta el paso fueron cientos de hermanos los que quisieron acompañar a la Virgen en este importante día, como el alcalde, Paco Rodríguez, y otros componentes del equipo de gobierno. Ellos, con chaqueta y corbata; ellas, algunas de mantilla negra; más de una veintena de pequeños monaguillos (Marisol, Cayetana, Pastora, Lucía, Nicolás,…); acólitos; y varias cuadrillas de costaleros. El capataz, José Manuel Pedrera Colorado y sus auxiliares, eran los responsables del martillo aunque en alguna ocasión, la cuadrilla que lleva al Señor en la madrugada, con su capataz y auxiliares, hicieron parte del recorrido.

En las distintas casas de hermandad hicieron presentación oficial y se vivieron momentos emotivos y de confraternización.

Una de las características de la hermandad del Gran Poder es que se trata de una corporación en la que la devoción se va transmitiendo de generación en generación, desde antepasados lejanos hasta los últimos en llegar a las familias.

Así se pudo ver, sonriente, con vara a Pepe Ortega – que fue hermano mayor- y su esposa Inmaculada, sus hijos de costalero; sus hijas y nieta de mantilla o auxiliares y otros nietos de monaguillos; o Manuel García – que también fue hermano mayor y afirmaba sentirse muy contento- y su mujer Pepi Blanco, camarera de la Virgen, cuyo hijo iba de costalero y sus nietos, José, María y Manuel, de monaguillos.

La herencia de Paco Gómez 'Paquillo' llega hasta su bisnieto, Álvaro Pérez, que con tan solo seis meses iba de monaguillo, acompañado de su abuela y su tía, mientras su padre portaba vara.

Manuel Mendizábal, con más de 85 años, llevaba vara; su hijo Miguel Ángel, cirio; y su hijo Manuel y su nieto Manolete, alrededor del martillo.

Los Cerrato iban representados, entre otros, con nietos acólitos y la hija, de mantilla; los nietos de Pepa'La chaparreja', de acólitos como el hijo de Paco Sánchez; o pendiente de la candelería el hijo de 'Rodri' y de acólito, su nieto; los Cotán, Zambrunos, los Alanís, Sánchez, García, Avilés, Ortega, José Sánchez Blanco 'Palomo' y un larguísimo etcétera rebosaban felicidad en esos momentos.

De la misma forma otros muchos esperaban en algún lugar, sentados por su edad, el paso de la Virgen como 'El pelao', Además, al contemplar la procesión era inevitable recordar otras familias y se oía hablar de quienes se fueron y vivieron la hermandad de corazón: algunos 'Tati', entre ellos Paco; Holgado; Paco Rivas; Fernando Domínguez; … Eso sí, todos han dejado su legado morado.

El hermano mayor, Julio Cruz Rivas – de la saga de los 'Tati'-, declaraba a Pasión en Sevilla que se encontraba «muy emocionado y contento; me quedo con todo lo que se ha vivido en los previos alrededor de la Virgen y, de verdad, que la procesión es un broche de oro, por todo y por cómo la está viviendo Dos Hermanas».

María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso lucía elegante e iba rodeada de rosas que desprendían un maravilloso olor al pasar y mientras caminaba con los sones de la centenaria Banda de Música de Dos Hermanas Santa Ana que, entre otras piezas, interpretó 'Pasa el Gran Poder' o 'Siervo de tus Dolores, de Fulgencio Morón; 'Soleá dame la mano' de Font de Anta; o 'La madrugá' de Abel Moreno.

A la entrada, y una parte del recorrido, la Virgen se despidió con la Banda Ciudad de Dos Hermanas.