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Utrera mostró al mundo lo mejor de su Semana Santa

La ciudad vivió una jornada memorable con la celebración del segundo Santo Entierro Magno de su historia

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Una de las estampas históricas que dejó el Santo Entierro de Utrera
Una de las estampas históricas que dejó el Santo Entierro de Utrera A. Flores
Alberto Flores

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Desde hace meses todos los ojos cofrades estaban posados sobre Utrera. En el horizonte el Sábado Santo en el que la ciudad sevillana se convertía en uno de los principales focos de atracción de la provincia. La causa, nada más y nada menos que la celebración del segundo Santo Entierro Magno de la historia de la ciudad. El primero tuvo lugar en 2007 en honor a la patrona, la Virgen de Consolación, el segundo ha estado dedicado al patrono, el Santo Cristo de Santiago, para conmemorar el 350º aniversario del comienzo de dicho patronazgo.

Llegó el día señalado y lo cierto es que se superaron todas las expectativas, escribiéndose una jornada memorable que ya forma parte de la historia cofrade de la ciudad.

La primera incógnita se resolvió pronto, ya que a pesar de que la jornada se presentó fresca y algo ventosa, lo más importante es que lucía el sol, y el azul del cielo fue el manto que acompañó en el inicio a las hermandades utreranas en su participación en tan destacado acontecimiento. De todas formas el suspense también se apuntó a la fiesta, porque hubo un momento de la procesión en el que unas tímidas gotas acompañaron a las hermandades e hicieron temer lo peor, aunque afortunadamente todo quedó en un pequeño susto. Desde primeras horas de la tarde las calles de la ciudad registraron un gran ambiente, mucho público de localidades cercanas se acercaba a Utrera para conocer en una sola jornada la Semana Santa al completo. Incluso se habían agotado en días previos las plazas hoteleras para pernoctar en la ciudad. Según las autoridades municipales, en los momentos más álgidos de la procesión llegaron a concentrarse unas 25.000 personas en el casco histórico de la ciudad.

Para esta ocasión tan especial, el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Utrera decidió instalar cuatro mil sillas en ubicaciones como las calles Clemente de la Cuadra, Corredera, Fuente Vieja y plaza de la Constitución. Una medida más que exitosa, ya que se vendieron absolutamente todas, a las que hay que sumar las aproximadamente mil sillas que se sitúan durante toda la Semana Santa en la Carrera Oficial, ubicada en la plaza del Altozano, desde la que también se pudo contemplar el Santo Entierro Magno.

El protagonista de la jornada, el Santo Cristo de Santiago, presidió el comienzo del recorrido unificado de todas las hermandades en un altar que se situó en la plaza del Altozano, junto a la iglesia de San Francisco, sede además de la hermandad de la Vera-Cruz y Santo Entierro de Utrera y donde también se localizó un palco para las autoridades. Desde la cinco de la tarde, cada ocho minutos, fueron pasando por este punto cada uno de los trece pasos que participaron en esta representación de la pasión de Cristo. Así, los asistentes pudieron contemplar todas las devociones cristíferas de la Semana Santa de Utrera, a excepción del Santo Crucifijo de los Miagros que decidió no participar en esta celebración, además de la Virgen de la Amargura que procesionó en el paso del Cristo del Perdón formando lo que se conoce como un Stabat Mater y la Virgen de los Dolores de la hermandad de la Vera-Cruz y Santo Entierro, que era la encargada de cerrar el cortejo. La banda de cornetas y tambores de la Vera-Cruz de Utrera acompañó a la cruz de guía poniendo uno de los toques musicales de la jornada, ya que las hermandades realizaron el recorrido unificado en silencio. Junto al altar del Santo Cristo de Santiago se pudieron escuchar composiciones musicales clásicas interpretadas por un conjunto musical, entre las que destacaron algunos fragmentos del Requiem de Mozart o el famoso 'Ave María', creando un sobrecogedor ambiente.

Los amantes del arte buscaron con sus miradas algunas de las tallas más destacadas de la Semana Santa de Utrera, entre las que destacaron Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Marcos de Cabrera, los dos atados a la columna, uno de ellos de Ruiz Gijón y otro de Hita del Castillo o la Piedad de la Quinta Angustia, atribuida a Diego Roldán. Tallas a las que sumaron otras de enorme valor como el Cristo del Perdón o el Cristo de la Buena Muerte.

La jornada estuvo marcada por imágenes irrepetibles, por momentos que se quedarán para siempre congelados en el corazón de los cofrades. Entre ellos el inolvidable saludo entre Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocido como 'El Señor de Utrera', que en el inicio de su recorrido de vuelta se colocó frente a frente al Cristo de Santiago. Un instante en el que dos devociones cruciales de la religiosidad popular utrerana se miraron casi en la intimidad.

Una jornada de momentos también señalados en los cuatro puntos cardinales de Utrera, donde en cada una de sus parroquias y capillas poco a poco fueron retornando los trece pasos que dieron colorido a una cortejo que ya ha pasado a formar parte con letras de oro de los mejores capítulos de la historia cofrade de Utrera.

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