A Realce
La Trinidad de Velázquez 'corona' a María Auxiliadora en Sevilla
El primer día de novena en la basílica trinitaria ha desvelado el extraordinario trabajo de la priostía
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Para quien ha crecido en el seno de la educación salesiana, la segunda quincena del mes de mayo es la de una efervescente cuenta atrás con colofón mariano. Un tiempo pintado en rosa y azul.
El quinto mes del año es, de por sí, ... uno que aglutina devotas salidas procesionales de Gloria tras el nuevo tiempo que anuncia el Pregón -este año pronunciado por Fernando Vaz-, de ahí que en este mayo de efemérides internacionales, en el que las miradas y el pensamiento se dirige sin esfuerzo hacia un Vaticano más trianero que nunca, imágenes como las que acaba de publicar la Archicofradía de María Auxiliadora de la Trinidad anclan con toda la fuerza a la cadencia natural de la religiosidad popular según Sevilla.
Este jueves arrancó la novena en honor a la sagrada titular, para la cual tradicionalmente se dispone un fastuoso altar de cultos. Sin embargo, el de este año añade un plus de espectacularidad al enmarcar la talla letífica con una reproducción de 'La Coronación de la Virgen', de Velázquez.
No es la primera vez que la priostía opta por fondos pictóricos celestiales -los antecedentes más inmediatos son los de 2021 y 2023- frente a los elegantes, pero menos efectistas, damascos de colores. Sin embargo la elección del flamante cuadro, que se puede admirar en su versión original en el madrileño Museo del Prado, resulta bastante acertada.
Obviando lo conveniente o no de eliminar a la Virgen que idease el célebre pintor sevillano en torno a 1640, lo cierto es que María Auxiliadora encaja a la perfección en esa escena en la que Dios Padre y Dios Hijo ciñen sobre sus sienes la divina presea, circundando el momento con su gracia el Espíritu Santo.


Otro punto de magistral armonía se produce en torno a la peana. Los querubines que revolotean sobre este etéreo tramo escultórico se funden con los modelos velazqueños del fondo.
El alto dosel-bambalina y las molduras en cada extremo dan esbeltez al conjunto y generan la ilusión de que la Virgen es parte de la propia pintura. Como si aquella coronación canónica de 1954 -la tercera de Sevilla capital en cronología- fuese refrendada por la Trinidad misma.
«María, llena de gracia, Elegida por el Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo». Con estas palabaras resumen la idea desde la Archicofradía, convirtiéndolas en lema de los días que están por venir. Esos en los que Cristo estará expirando en Roma mientras en Sevilla se reza a la Virgen... hasta nueve veces.
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