Tres nuevas hipótesis coinciden en un complot en la Madrugada del 2000
La reedición del libro de Juan Miguel Vega señala que la Policía no dio con la causa que provocó las 'carreritas' y acabó por «inventar» una explicación
El autor apunta a los partes de lesiones, con heridos a la misma hora de esa noche pero en diferentes puntos del Centro, para descartar el 'efecto dominó'
Veinte años de la Madrugada del 2000: la noche que cambió para siempre a la Semana Santa de Sevilla

A eso de las 5.30 horas de la madrugada del Viernes Santo del año 2000, la Semana Santa de Sevilla cambió para siempre y para nunca volver a ser la misma. Aquel murmullo ensordecedor que fue estremeciendo las entrañas de la ciudad fue ... un terremoto en las emociones cofrades con epicentro en la Carrera Oficial. Fue justo en el momento exacto, en ese instante medido en el que los seis cortejos de la jornada formaban un engranaje matemático y exacto que saltó por los aires, cuando las primeras carreritas acabaron con el orden físico y sentimental de una noche en la que el miedo venció a las certezas. De aquella herida al corazón de lo que hasta entonces era intocable ha pasado ya un cuarto de siglo sin que se hayan despejado los interrogantes que quedaron en el aire gélido de aquellas sombras. ¿Qué sucedió realmente? ¿Es cierto todo lo que se contó en su momento? ¿Hizo la Policía todo lo posible por esclarecer las causas? ¿Quién fue el autor? Decenas de dudas y escasas evidencias que sostienen una encrucijada sin resolver.
Ahora, veinticinco años después de este estremecedor suceso, el periodista Juan Miguel Vega ofrece unas nuevas hipótesis sobre lo ocurrido, basadas en nuevos testimonio atesorados en este tiempo, que surgen de sus años de trabajo sobre esta cuestión y de las investigaciones que ha llevado a cabo, esas que son fruto de «cierta rebeldía contra las verdades impuestas que no siempre me jugó buenas pasadas». Son 'Los agujeros negros de la Madrugada', todos esos que «siguen abiertos y dejando penetrar la sospecha de que nunca se nos contó toda la verdad de lo que pasó aquella noche». Así se titula el nuevo apéndice que se incorpora en la reedición de 'La Madrugá', el libro que publicó Vega en el año 2006 y que ahora, de la mano de la editorial 'El Paseo', vuelve a ver la luz aprovechando las bodas de plata de aquel terrible suceso. Será el 24 de marzo cuando esté disponible en las librerías, apenas un mes antes de que se cumpla el aniversario de aquella «oculta verdad» que «se ha tornado definitivamente esquiva». Seguimos sin saber qué ocurrió y conocerlo en estos momentos ya «sería una improbable casualidad».
Las últimas investigaciones aportadas por este periodista ahonda en esos interrogantes sobre lo que realmente sucedió con aquellas 'carreritas', esas que convirtieron a la Semana Santa en una especie de gran hermano vigilado con celo para garantizar la seguridad. Sobre el papel quedan tres posibles teorías que recogen la hipótesis que ganó enteros en su día en los mentideros cofrades sobre la existencia de un posible complot que orquestó los incidentes. También aporta las confesiones que le han hecho llegar algunas fuentes policiales de primera línea y que precisamente no dejan en buen lugar las investigaciones que se hicieron –y las que no– en aquellos días. Esas mismas que apuntan a que quizás no se hizo todo lo que se pudo y que incluso «tuvieron que inventarse una explicación al no dar con la causa de lo que realmente ocurrió». Además, como también afirman las fuentes judiciales, «todo apunta, tras analizar los hechos, a que fueron provocados», pero «dicen que nunca se llegó a demostrar». Por eso, la única opción que se contempló fue la de que era un plan tramado por jugadores de rol, aunque las pesquisas no dieran resultado alguno.
El libro buscar certezas entre todos los interrogantes y también apunta a otras atribuciones de estos incidentes que ya entonces –y todavía ahora– circulaban entre los cofrades: ¿hubo cierto complot de los sindicatos policiales para provocar lo ocurrido? La clave de la que habla ahora el autor es que esta teoría nunca se descartó sino que, simplemente, no llegó a valorarse. «Llama la atención que la Policía diga que no escuchó nunca hablar de ella», lo que ahonda en «un misterio, unas sombras y unas dudas que se acrecientan». Porque, sostiene Vega, hay decisiones que «no se explican», como el hecho de que al por entonces delegado de la Madrugada, el ya fallecido Manuel Rivera, «no se le llamara a declarar, a pesar de que llegó a recibir hasta un anónimo». Sus declaraciones no están en los archivos judiciales, de los que apenas queda rastro. «Sólo están los partes de lesiones que dicen que hubo heridos en distintos sitios y a la misma hora». Hechos objetivos que «hacen caer el argumento del 'efecto dominó» que imperó entonces y que convenció poco.
Las tres cartas
Desde aquel 21 de abril de 2000 hasta hoy nada ha contribuido a despejar las incógnitas que quedaron en el aire. Entre las aportaciones que incluye la reedición hay tres cartas remitidas por el que era el jefe superior de la Policía, Julián Martínez Izquierdo, poco antes de que fuera relevado del cargo tras cerrarse la investigación. La primera iba dirigida al presidente saliente del Consejo, Antonio Ríos, que vivió los hechos como nazareno del Gran Poder y al que agradecía su «respeto» hacia la investigación. La segunda, al presidente entrante Manuel Román, al que le invitaba a pasar página a pesar del «doloroso recuerdo». La más significativa fue la tercera, al fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Sevilla, Alfredo Flores, al que agradeció su intervención en la rueda de prensa en la que dieron cuenta a los sevillanos de las conclusiones definitivas. «Dejaste a la Jefatura en una situación inatacable», señalaba. Pero para el autor, la pregunta está en «cómo se pudo quedar tan tranquilo sin saber qué es lo que había pasado».
Un cuarto de siglo después de aquello las dudas siguen estando ahí. ¿Qué ocurrió realmente? Nadie lo sabe, pero el libro ahonda en detalles intentando dar respuestas a lo que pudo pasar. «Lo que más llama la atención es la obsesión por dejar de hablar de esto y que haya hipótesis que hayan estando en la calle y diga la Policía que nunca ha escuchado a hablar de ellas».
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