Sevilla renueva su voto de acción de gracias a la Virgen de los Reyes
La patrona de Sevilla, como cada 15 de agosto, recorrió por las gradas bajas de la Catedral en una procesión con muchísimo público
El termómetro dio un leve respiro en la mañana de este viernes, a pesar de que la madrugada fue calurosa
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Iniciar sesiónLa ciudad, como cada mañana del 15 de agosto, ha renovado su voto de acción de gracias a la Virgen de los Reyes, aquella que, según la leyenda, soñó Fernando III, a la que le imploró su intervención para alcanzar la victoria en su ... conquista de Sevilla, quien la tomó como patrona y a la que rinde honores en el amanecer del día de la Asunción.
Aún de noche, las calles de la ciudad presentaba señales de que estaba a punto de romper una mañana distinta. Era la mañana de la Virgen. El tranvía venía a reventar, como en las grandes ocasiones del calendario. A las siete y media se conjugaba en el ambiente los sones de la banda militar y las campanas en el exterior de la Catedral. En el interior, con los hombres de costal ya dispuestos bajo la parihuela de la Virgen, se entonaba el Salve Regina. El arzobispo tenía el honor de ser el primero en golpear el martillo de la patrona, cuyo paso este año, como novedad y por obligación por obras, estaba dispuesto, junto al altar de los cultos, en el trascoro de la Seo.
Arrancaba así un discurrir por las imponentes naves del templo catedralicio a los sones del órgano. Antes de salir, hacían acto de presencia procedentes de patio de los Naranjos la corporación municipal, con el alcalde a la cabeza; la provincial, con su presidente; la consejera de Cultura: el subdelegado del Gobierno en Sevilla y el delegado de la Junta en Sevilla, entre otras autoridades políticas, que se agolpaban junto a los altos cargos militares, como el teniente general Carlos Melero, jefe de la Fuerza Terrestre. La Guardia Civil, la Policía Nacional, la Autonómica y la Local también estaban presentes. Uno de los estrenos de la mañana era la del teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Caballería, Marcelo Maestre, y su junta de gobierno.
A las ocho en punto la Virgen asomaba a los pies de la Giralda, cuyas campanas no paraban de repicar para anunciar que esta mañana salía la patrona de Sevilla y la Archidiócesis. El termómetro daba un leve respiro después de otra noche de aire acondicionado obligatorio
Muchísimas personas esperaban en la plaza que lleva su nombre para cruzarse con la mirada de la imagen fernandina. Muchísimas personas allí y por todo el recorrido. Sevilla no falla a la cita con su fe, su arraigo familiar, su tradición heredera, el rito y la gloria, como entona el himno en honor a la patrona.
Un millar de varas de nardos apuntando al cielo ponían el aroma de la mañana en la que pronto brotaban las primeras lágrimas de emoción contenida, de expresión de amor sencillo. En la primera fila, como esperando el amanecer en cualquier mar del litoral de andaluz, una hilera de sillas de playa en la que los devotos han pasado la noche esperando que saliera el sol, su Sol. Un hombre, frente a frente a la puerta de Palos, la esperaba de rodillas, como el torero que enfrenta su destino. Unos habían llegado esta mañana al corazón de la vieja Híspalis que guarda desde hace casi ochocientos años a su patrona desde Villanueva del Ariscal, otros desde El Viso del Alcor. Venían caminando al alba desde Dos Hermanas o La Rinconada. Todos peregrinando en la esperanza de encontrarse con su Madre. Hay quienes interrumpen su descanso estival para volver al rincón de cada año: Alemanes, Hernando Colón, la Punta del Diamante, la puerta del Perdón o bajo la Inmaculada del Triunfo.
La del día de la Asunción en Sevilla
La del día de la Asunción en Sevilla es la procesión más medida de la ciudad, al milímetro, hora y media. En la primera de las posas en la esquina de Alemanes con Cardenal Amigo Vallejo, se mezclan los tambores de la banda militar, que interpretado seis marchas en hora y media, las campanas y las voces del coro, al que Luis Rueda, canónigo prefecto de Liturgia del Cabildo de la Catedral -el que pone orden en todas las celebraciones- con media sonrisa 'mandaba' cantar para la Virgen y no para el cortejo.
La del día de la Asunción en Sevilla es la procesión más natural. No hay necesidad de vallas, el público sabe su sitio y el de la procesión, en la que quizás habría que poner coto al exagera número de fotógrafos delante del paso. Había casi el doble que canónigos.
La del día de la Asunción en Sevilla es la procesión familiar. El abuelo que lleva al nieto y el nieto que lleva a la abuela: «Ponte ahí, la verás mejor». Se entonaba 'Eres más pura que el sol', precisamente cuando el astro rey asomaba por encima del Palacio Arzobispal y conquistaba la trasera del palio de tumbilla, estrenado con ocasión de la Procesión Magna de diciembre, realizado con motivo del centenario del estreno del paso de la patrona de Sevilla y su diócesis, siguiendo el modelo diseñado por Juan Talavera Heredia y confeccionado en los talleres de bordados Olmo, un conjunto que salió por primera vez el 15 de agosto de 1924. Los trabajos del diseño de la tumbilla son de Javier Sánchez de los Reyes, quien ha recuperado en su mayor parte el proyecto original, mientras que los bordados son del taller de Santa Bárbara. Está bordado en oro sobre tisú de plata, a realce y seda. El estreno de la mañana ha sido el manto verde que donara la Reina Isabel II y que ha sido restaurado recientemente en los talleres Sucesores de Esperanza Elena Caro.
Seguía el sonando el tambor militar y el cortejo encaraba la Avenida, atestada de fieles y devotos en sus dos márgenes. «A tus plantas se posa Sevilla», la ciudad que te proclamó patrona gracias al Rey Santo. «Qué bonita cuando le entra el sol por el lado», proclamaba una mujer. Sin estridencias, sin una palabra más alta que la otra. Era un piropo para sus adentros. Cerca un hombre había guardado la ansiada espera releyendo 'La Semana Santa' del maestro Burgos.
La última posa termina y suena 'Encarnación Coronada' y el pueblo le reza cantando un Ave María a la patrona, que en dos chicotás se planta en la Plaza del Triunfo, donde la sombra se cotiza cara. En los labios de las devotas se siguen escapando oraciones, peticiones, plegarias y emociones: «Ya está aquí la Virgen», dice una mujer mayor nerviosa perdida mientras saca su móvil apresuradamente para que no se le escape la foto.
A las 9.25 horas, la Virgen se posa en la puerta de Palos, cara a cara a la plaza de su nombre. Allí sigue el devoto de rodillas. Por delante pasan autoridades civiles y militares. Los soldados, a los sones de la banda militar, rinden honores a la patrona. Rompen los aplausos. Seis minutos después suena el martillo por última vez en la calle. La Banda Sinfónica Municipal interpreta la marcha real. La Virgen de los Reyes, otro 15 de agosto, en su mañana, se despedía de su pueblo, que hoy volvió a renovar su voto de acción de gracias por amparar a Fernando III para conquistar Sevilla, que patrona le proclamó.
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