Triana y San Leandro, el inicio de las procesiones carmelitas en Sevilla

El bar Santa Ana estaba repleto de personas antes del inicio de la salida de la Virgen del Carmen de Santa Ana. Costaleros, capataces, hermanos, músicos o las diversas representaciones de las corporaciones que acudieron a la procesión se refrescaban en los prolegómenos, todo un clásico en Triana.

Poco público debido al calor sofocante en los primeros compases de una salida que comenzó a organizarse minutos antes de las siete y media de la tarde. Poco después era levantado el paso a pulso aliviado, sonaba la banda de las Cigarreras y el cortejo cruzaba el dintel de la puerta que da acceso a la Plazuela de Santa Ana.

El paso se detuvo en la puerta del templo, el capataz dedicaba la llamada a los fallecidos por el Covid y, tres años después, la Virgen del Carmen salía a la calle entre algunos aplausos. La Virgen transitó por Betis o el Altozano , zonas donde están levantando la Velá a Señora Santa Ana, fiesta grande de la ciudad y una de las más antiguas, un contraste que ocurre cada mes de julio.

La procesión transcurrió por el corazón del barrio , concluyendo antes de hacer la entrada, con la visita a la hermandad de la Esperanza de Triana. Así arranca julio en el antiguo arrabal, el mes del Carmen y la patrona de Triana.

Al otro lado del Guadalquivir, muy cerca de la Macarena, la Virgen del Carmen de San Leandro sigue consolidando esta procesión año a año. Prueba de ello es haber podido ver a la imagen con parte del inicio del proyecto de ejecución del nuevo paso.

Uno de los momentos cumbres de la salida ocurrió en el Hospital Virgen Macarena. La Virgen volvió a recorrer todo el entorno del centro sanitario, visitando a aquellos que más necesitan la fe.

La Cruz Roja interpretaba marchas de la Macarena, dando paso al tradicional 'Encarnación coronada', para que los presentes rezaran la salve a la Virgen.

El Carmen de San Leandro, adentrados en la noche, recorrió el barrio, con ese instante tan especial vivido en fray Luis de Granada, calle adornada, con petalada y fuegos artificiales. A la una de la madrugada concluyó una procesión de una advocación que continuará en los próximos días, así como los cultos que ya han comenzado en el interior de varios templos de Sevilla.