Crónica
La luz de la Semana Santa renace el Martes en San Nicolás
En una jornada de muchas sombras y ausencias y con un manto oscuro cubriendo la ciudad, en la Candelaria empieza a salir el sol para este 2021
Fue la luz . En el Génesis de esta crónica hay promesa de futuro, de vida y de esperanza. En una jornada con tantas sombras y ausencias, con un manto tiniebla que cubría toda la ciudad y que dejó caer hasta barro en las ... primeras horas del día, se obró el milagro . Ya lo anunció el profeta Isaías: «El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, la luz resplandeció sobre ellos». En San Nicolás está el alumbramiento de la Semana Santa, el fulgor que resplandece ante tanto abatimiento. No es la Artemisa de Éfeso, Diana romana, madre y Virgen, maravilla del mundo antiguo. Pablo de Tarso escribió a los efesios para «que les sean iluminados los ojos del corazón, para que sepan a qué esperanza él los ha llamado». El Martes Santo fue el día. Candelaria es la analogía de la luz que volverá a presentarse en el templo para abrir las puertas y desparramarse por la ciudad camino de los Jardines . Así lleva ocurriendo desde hace cien años. Será en 2021 , bien lo sabe Dios. Por eso, ese palio que componía un joyero para la Virgen en la capilla sacramental torna al verde sólo bajo el sol y a la luz de las candelas.
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En la cola de la calle Vírgenes , se reencontraron dos hermanos que llevaban demasiado tiempo de distancia entre ellos, pese a que del Corral Trompero a la calle Lirio, donde están sus orígenes, hay sólo una manzana. Un hombre que buscaba la casa de vecinos donde se criaron los suyos subía hacia San Nicolás sin intención de entrar. Pero, entre quienes esperaban pacientes la cola, se topó con ese amigo del alma que 17 años antes le hizo una llamada un Martes Santo desde la delantera del palio de la Candelaria. Por el viejo teléfono se escuchó al capataz: «Esta levantá va por Marta , hermana nuestra, para que el Señor le dé Salud y la Virgen la ilumine para curarse». Al otro lado estaba él, en la habitación de un hospital, al pie de la cama con su niña pequeña muy enferma, y que se marchó con la Virgen hace ahora justo diez años. Ninguno de los dos quiso sacar el tema en la hora y media que estuvieron en la cola. El dolor está demasiado clavado dentro. Javier, el hombre que buscaba nostálgico su propia historia y que un día le dijo al niño que suscribe esta crónica que no había mejor compás en Sevilla que el de la Candelaria al son de ‘Campanilleros’ , se reencontró con la Virgen en San Nicolás. Por eso, por los altavoces sonaron los cascabeles de la Cruz Roja al pasar ante la Virgen. Y, al salir de San Nicolás, antes de despedirse, abrazó a su amigo entre lágrimas y le soltó: «Nunca podré agradecerte aquella llamada, amigo. Que sepas que le dio vida a mi hija , nos dio vida a todos» . Aquí los milagros suceden por Martes Santo.
El mudo que volvió a cantar
En San Benito , otro prodigio hizo que un mudo volviera a tener voz. José Manuel Peña , con su micrófono de 7TV en la mano, y ante el Señor de la Presentación al Pueblo, agarró a Pascual González para entrevistarle. Ese gran pregonero de Sevilla, al que no le ha hecho falta subirse al atril para que así se lo reconozca la ciudad, se llevó la mano a la garganta y comenzó a hablar: «Son las cuatro de la tarde,/ la Calzada en su gran fiesta/ y Pilatos a Jesús/ al mismo barrio lo entrega./ ¿Qué lo maten?.../ ¿Quién lo ha dicho?/ Que ni lo toquen siquiera.../ Calle Oriente, Martes Santo,/ tarde de sol, primavera...». Yo salgo de penitente, voy detrás de mi Cristo subiendo el puente. Los Cantores de Híspalis.
A los pies del Señor, un ramo de flores llevaba el nombre de Carlos Morán , su capataz eterno que murió hace unos meses por el maldito virus. Su mujer, Dori, depositó esos claveles rojos salpicados de lirios en su delantera, de frente, donde siempre se puso el que está arriba con el Hijo de Dios cada vez que lo levantaba al cielo.
En este Martes Santo de reencuentros, los ancianos de la residencia de las Hermanitas de los Pobres visitaron a su Virgen de la Encarnación. Muchos no pudieron porque se encuentran enfermos y aislados. «Allí dentro hemos recreado la procesión de la Presentación al Pueblo», dijo la madre general. Ellos fueron los últimos en ver un palio en la calle, en diciembre de 2019, cuando la Palomita de Triana les visitó al regreso de la Catedral.
Vecinas del Cerro
En el arrabal del Cerro, ese pueblo que vive cada Martes Santo su día grande a la salida de la cofradía, sí fue Semana Santa. No sonó la zambra flamenca de ‘Coronación’, ni la familia del joyero Torrejón soltó las 32 palomas que corresponden en 2021, pero esas humildes vecinas que miman los geranios de sus balcones y los arrancan para tirárselos al paso de la Virgen de los Dolores cada año, fueron a la parroquia a dejarle flores. Venían de la compra, de pedir chicharrones en la carnicería de José Cobo y a la Águeda un cartucho de pavía mientras el marido se pedía un helado de piñones en el Antonino. No había una fachada en el barrio que no tuviera las colgaduras con las imágenes de la hermandad. La gran cofadía fue la de los hermanos haciendo colas interminables , que simbolizan cómo ha arriagado en Sevilla el Cerro del Águila.
Otras colas kilométricas se vieron en San Lorenzo , en una plaza que fue un hervidero entre el Gran Poder y la Bofetá . También en San Esteban remontaban por Imperial y pasaban ante la ventana donde, en lugar del Señor de la Salud y Buen Viaje , estaba la pequeña Virgen de Cristóbal Ramos. En el interior, el gran detalle con los hermanos difuntos, cuyos nombres iban en la mini candelería de la Virgen de los Desamparados , como cualquier Martes Santo. Cerca, en Santa Cruz , el gran altar de la jornada: el Cristo de las Misericordias , portentoso, sobre el canasto neogótico y luciendo la aureola con la que comenzó a salir allá cuando la cofradía fundó esta jornada en 1904. En los Javieres , San Juan agarraba la mano a la Virgen al pie de la cruz del Cristo de las Almas , en una imagen histórica que se repetirá a partir de hoy en su capilla de Omnium Sanctorum. En la Universidad, el recuerdo a David Ávila , el prioste que encontró la Buena Muerte demasiado pronto. En los Estudiantes se mira ya al futuro, con la esperanza de un contraluz al crucificado en la Puerta de Jerez en 2022, los 50 años de la primera cuadrilla en 2023 y los 100 de la cofradía en 2024. Hay luz .
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