Las «Lágrimas de San Pedro» desde la Giralda, un rito desde hace siglos

Un acto que cuenta con tres sesiones: a las 0.00 horas, a las 9.30 y a las 12.00 del mediodía. En ese horario, los sevillanos se acercan a los alrededores de la Catedral para oír esta tradición. Quizás la más llamativa sea la última, ya que un cortejo formado por los alabarderos, un tambor, un bombo y seis clarines recorren las gradas catedralicias, donde se mezcla la tradición y el turismo, que invade esa zona de la ciudad.

Altas temperaturas que no impidieron el lucimiento de este desfile que concluyó por la Puerta de Campanillas. En ese instante, la comitiva accede al interior de Santa María de la Sede, a paso lento hasta alcanzar la capilla Real para rendir un año más honores a la patrona de Sevilla y la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes, que en poco menos de un mes descenderá de su altar para celebrar sus cultos.

En ese instante, continúan hasta la Giralda, los alabarderos salen a la Puerta de Palos para hacer guardia, los clarines suben las 34 plantas y escalones que hay hasta el campanario mayor de Sevilla. Esperan que sean las doce del mediodía para el repique de las campanas, que esta vez nuevamente fueron menos al estar en restauración el ala este. Los clarines se preparan para iniciar el toque en el ala sur, tres por cada punto cardinal, recordando las veces que Pedro negó a Jesús. Los últimos dos últimos se repitieron en la zona norte, la que da a la calle Alemanes. De nuevo descendieron para unirse a los alabarderos, pero antes dieron gracias un año más a la Virgen de los Reyes.

La banda del Sol es fiel a mantener este tipo de tradiciones , pero no es la única, ya que lo hace durante el día de San Teodomiro en Carmona, el 8 de diciembre en San Antonio Abad en la festividad de la Inmaculada Concepción, en el inicio del día de la Virgen del Carmen en Calatrava o en la «Candelá d la O» cada 18 de diciembre.

Lágrimas de San Pedro / M. J. RODRÍGUEZ RECHI

El nombre fue tomado por el apóstol San Pedro,  primer papa de la iglesia, en el atrio de la casa de Caifás. Puede ser, una de las tradiciones más antiguas de Sevilla recuperar por el escritor y articulista de ABC,  Antonio Burgos  y el empresario  Rogelio Gómez , con la ayuda del canónigo  Federico María Pérez Estudillo  y el por aquel entonces director de la banda del Sol,  Eusebio Álvarez Ossorio.

Se trata de  unos lamentos convertidos en toque de corneta, procedente del siglo XV cuando el infante Don Fernando regresaba de la conquista de Antequera , hicieron toques de regocijos, repiques y luminarias en la noche de San Pedro.

En 1551, el Canónico Rivera,  destina sus bienes para financiar esta tradición. En las Memorias de fuego del abedor de la Iglesia Mayor Don Juan de Eguirola se hace referencia al pago de fuegos artificiales, por encargo del mayordomo del Cabildo Catedral, realizan Don Pedro de Villalobos y Don Francisco Alemán.

En 1629,  el Cabildo dispone que sólo se permitan fuegos en la noche de San Pedro. Entre 1647 y 1648 es Don Diego Alemán el responsable de esta celebración . Se interrumpe esta tradición entre los años 1839 a 1865 reanudándose a partir de entonces y sin interrupción hasta 1961. En 1983, se solicita hasta que en 1986 vuelve a interpretarse esta tradición por parte de la banda del Sol.