La fuerza del Corpus en los barrios

Luego, caminaban los estandartes de las cofradías de gloria y la Inmaculada Concepción , la cual preside durante todo el año la capilla sacramental del templo. Con la Custodia , llegaba el silencio sepulcral y numerosas personas se arrodillaban ante el Santísimo Sacramento. La coral interpretaba cantos litúrgicos y se echaban de menos algunos altares que otros años se habían preparado en calles como Canalejas o Gravina. Montserrat sí había preparado uno en la puerta de su capilla con la imagen de María Magdalena. El cortejo buscaba la plaza del Museo para transitar entre cuadros y ante la portada de la pinacoteca y muchas personas subían la calle Reyes Católicos hacia Triana para ver el 'Corpus Chico'.

Cuando se llegaba al Altozano, ya se observaba que este 2022 no se había echado romero por las calles, algo tradicional en esta procesión. En San Jacinto, sí había preparado un altar de la asociación cultural de la Virgen de la Estrella gloriosa, que había ganado el concurso del distrito. Sin embargo, la Estrella no había preparado ninguno, algo que sí había hecho otros años con la imagen de San Juan Pablo II , las Santas Justas y Rufina o San Francisco de Paula. En Rodrigo de Triana, varios vecinos habían engalanado sus balcones y se habían preparado altares en el círculo rociero o un particular en el número 35. Allí, ya se escuchaban los sones de la banda de San Juan Evangelista abriendo el cortejo y el paso del Niño Jesús , llevado por los más pequeños y comenzando a realizar los izquierdos por delante.

Después, venían las santas trianeras con símbolos del arrabal como la alfarería y la azulejería; San Juan Evangelista y la Inmaculada Concepción , acompañada por la banda de las Tres Caídas. La imagen de la Virgen es un tesoro que posee la parroquia por su gran calidad artística. La formación musical dio un concierto a lo largo de todo el itinerario con numerosas composiciones relacionadas con el barrio. Tras ella, se sucedían las representaciones de las hermandades y, por último, la Custodia de Andrés Ossorio de principios del siglo XVIII, una joya a la que le llovieron petaladas en Rodrigo de Triana o Pureza. El palio sacramental y la banda de música de las Cigarreras cerraban el cortejo.

Caminando por el itinerario del Corpus de Triana , se ha observado poca decoración a lo largo del mismo. En años anteriores, se han podido ver altares de la Pastora a los pies de la torre de la parroquia; del Carmen de Santa Ana en la puerta de la Casa de las Columnas con la imagen de la Virgen de la Victoria ante la que oró hace medio milenio Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano ; de Madre de Dios del Rosario en su casa hermandad de la calle Pureza; de la Esperanza de Triana o de San Gonzalo.

Por su parte, en otros puntos de la ciudad, el Santísimo Sacramento recorrió las estrechas callejuelas de San Bartolomé como San Clemente, el Pasaje Zamora o la plaza de las Mercedarias. En diversos puntos, hubo altares como el que presidía la a ntigua Virgen de la Merced de Pasión . La agrupación Veterana de Sevilla puso sones eucarísticos, los cuales se entremezclaron con los cantos de las personas que acompañaban al Señor. En Nervión, el sol volvió a reflejarse en la Custodia de la hermandad de la Sed mientras que pasaba delante de los pocos edificios regionalistas que aún quedan de ladrillo visto y zaguanes con azulejos sevillanos. El palio sacramental de San José Obrero resguardó al Santísimo en su transitar por las calles del barrio mientras que pasaba por los altares que prepararon los vecinos en las puertas de sus casas y bloques de pisos y, en otros barrios como Pino Montano o Rochelambert, los Corpus Christi salieron de sus parroquias para alabar a Jesús Sacramentado en una mañana en la que los barrios volvieron a demostrar su fuerza en torno a sus tradiciones.