Dónde ver las hermandades del Martes Santo en Sevilla

Si quiere conocer la emoción de un barrio en el que hoy es fiesta grande, no deje de ir al Cerro y déjese llevar por los vecinos desde la Cruz de Guía hasta el palio de la Virgen de los Dolores. Sin duda una experiencia intensa. El año que viene repetirá seguro.

Búsquela de noche y contemple el misterio del Señor del Buen Viaje a la luz de los guardabrisas por la plaza de la Pescadería, la Alfalfa o la plaza de Pilatos. Ojo con las estrecheces de Águilas, que se forman bullas.

La belleza de la Virgen destaca en la bajada por la calle Muñoz y Pabón, con la alegría propia de estrenar un Martes Santo en la calle. A pesar de l jaleo propio del día y las horas, el sabor más tradicional del barrio de la Alfalfa deja postales imborrables.

El misterio imponente de la Presentación al Pueblo regalará imágenes memorables a la vuelta por la Plaza de San Ildefonso, Zamudio y la plaza de San Leandro, novedades que incorpora esta hermandad en su recorrido de vuelta este 2022.

A pesar de las altas horas de la madrugada en la que hace su entrada en San Lorenzo, merece la pena trasnochar para contemplar el cortejo al completo con el público más cofrade. Aproveche si no tiene que trabajar el miércoles y disfrute del andar acompasado del misterio de Nuestro Padre Jesús antes Anás.

Argote de Molina, Francos, Álvarez Quintero... y a la vuelta por su barrio, con zonas tranquilas como la plaza de San Martín, Saavedras, Alberto Lista y Conde de Torrejón.

No importa la hora o el lugar. La belleza del Cristo de la Buena Muerte traspasa cualquier barrera, ya sea bajo el sol de la tarde, ya a la luz de los hachones de su paso. No se pierda a la Virgen de la Angustia por la Lonja de la Universidad, uno de los momentos imperdibles del día.

El clasicismo de la última cofradía que hace su estación de penitencia a la Catedral brilla en cada punto del cortejo. Coja sitio en algún rincón de su barrio de Santa Cruz si quiere transportarse a otros tiempos: Rodrigo Caro, plaza de la Alianza o Mateos Gago, tanto a la ida como a la vuelta, son imprescindibles.