El cachorro en roma
Saiz Meneses, en la Basílica de San Pedro: «Hemos traído a Roma la belleza de nuestra tierra, el alma de nuestro pueblo»
«La ciudad verá pasar por sus calles y plazas no solo tallas sublimes, sino también a un pueblo que camina con el corazón abierto al misterio pascual del Señor», ha dicho el arzobispo de Sevilla en la misa del tercer día de la peregrinación
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Este jueves, tercer día de la peregrinación diocesana de Sevilla a Roma para la celebración del Jubileo de Cofradías, la Eucaristía ha tenido lugar en la Basílica de San Pedro, presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, concelebrada por los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León, monseñor Ramón Valdivia y un numeroso grupo de sacerdotes.
Durante su homilía, el arzobispo de Sevilla se ha referido a la imagen del Cachorro, expuesta a la veneración de los fieles desde el miércoles en la Capilla San Pío X. «En esta peregrinación jubilar, traemos con nosotros, como signo de devoción y de evangelización, a una de nuestras imágenes más veneradas y queridas: el Santísimo Cristo de la Expiración, el Cachorro del barrio de Triana. Es un momento de gracia, de belleza y de testimonio. Roma verá pasar por sus calles y plazas no solo tallas sublimes, sino también a un pueblo que camina con el corazón abierto al misterio pascual del Señor».
Testimonio de una fe viva
Monseñor Saiz Meneses ha expresado a los peregrinos que han traído a Roma «la belleza de nuestra tierra, el arte de nuestras devociones, el alma de nuestro pueblo. Pero, sobre todo, habéis traído una fe viva, un amor a Jesucristo que se hace carne en la adoración, en la penitencia, en la caridad». En esta línea dijo que «no hay conversión verdadera sin volver a mirar a Cristo crucificado, que nos amó hasta el extremo, ahí está el corazón de este jubileo. Ahí está el núcleo de nuestra fe. No somos una Iglesia de ideas, ni de ritos vacíos, ni de tradiciones sin alma. Somos una Iglesia de testigos, de hombres y mujeres transformados por el encuentro con Jesús».
En su alocución exhortó a los diocesanos a «dejar que lo esencial de esta gracia jubilar transforme nuestras vidas, nos impulse a vivir con más coherencia nuestra fe, nos haga más misioneros, más fraternales, más santos».
Al término de la Eucaristía, los obispos de Sevilla han venerado la imagen del Cachorro y de María Santísima de la Esperanza, junto a Manuel Alés, teniente de alcalde y delegado del Distrito de Triana.
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