Los ritmos de las cofradías: ¿una posible solución a la masificación de nazarenos?

Un caso que se puede estudiar por ejemplo es el de la hermandad del Gran Poder, cuya estación de penitencia hace unos años se tildaba de 'penosa' por los importantes parones que sufrían los nazarenos sobre todo en el Arenal por el cruce con la Esperanza de Triana. Tras estudiar la corporación las posibilidades que había, en la actualidad, un hermano nazareno que sale de San Lorenzo está a lo sumo en la calle un máximo de cinco horas y media desde que sale hasta que vuelve a la basílica en la mañana del Viernes Santo.

Hay que apuntar que cuando se forma el cortejo dentro del templo y comienza la estación de penitencia, los nazarenos del Gran Poder saben que no van a bajar el cirio hasta que el Señor salga. Por eso, los primeros tramos salen rápidamente, cruzan la plaza, tiran por Conde de Barajas y Jesús del Gran Poder sin parar hasta que en torno a las 1:30 de la madrugada, la imagen de Juan de Mesa atraviesa el dintel.

El primer 'parón' se produce en la plaza del Duque porque el Gran Poder tiene que amoldarse al ritmo de la cofradía del Silencio. Y de ahí hasta la Catedral donde la corporación trabaja tramo a tramo para que los nazarenos se arrodillen ante el Monumento del Jueves Santo que se encuentra en la Capilla Real. En ese momento, son entre las 3:20 y las 4:30 horas de la Madrugada. Cabe recordar que la cruz de guía salió del templo a la 1:00 y el palio en torno a las 2:10.

A partir de la salida por la Puerta de los Palos, la diputación mayor de gobierno tiene que controlar un cortejo de más de 2.500 integrantes para que no haya que esperar mucho tiempo a que la Esperanza de Triana cruce la Puerta de Triana y busque Zaragoza. Por eso, conforme avanzan los nazarenos, se hacen paradas cada 5 minutos aproximadamente para medir los tiempos y las distancias a lo largo del Arco del Portigo, Arfe, Adriano, López de Arenas y Santas Patronas.

Cuando llegó la cruz de guía del Gran Poder a esta última vía, ya se escuchaba el paso de palio de la Virgen de la Esperanza de Triana en la calle Reyes Católicos, la cual dejó despejado el cruce y gracias al dispositivo de seguridad, los primeros tramos de nazarenos se pusieron en marcha a un ritmo similar que al comienzo de la estación de penitencia, es decir, más rápido que otras corporaciones.

Habían pasado las 5:00 horas del Viernes Santo y todavía quedaban ciertos puntos por atravesar como Gravina, la plaza del Museo, la parroquia de San Vicente, la capilla del Dulce Nombre de Jesús de la Vera Cruz, la esquina de la Gavidia o Cardenal Spínola. A pesar de tener que recorrer todas estas vías, el principio del cortejo ya estaba entrando antes de las 6:30 horas y el palio llegó a la plaza de San Lorenzo a las 8:00, finalizando una estación de penitencia 'dura' pero con unos ritmos que no agotaran a los nazarenos.

El caso del Gran Poder puede compararse con otros de cara a valorar los esfuerzos y los tiempos para intentar evitar al máximo los parones. Por ejemplo, La Estrella intenta sacar toda la cofradía cuanto antes para que salga también el palio de la dolorosa pero luego tienen que esperar más de media hora en el entorno de la Magdalena para entrar en la carrera oficial. Otra cofradía como es El Carmen baja el ritmo una vez que llega a la plaza de la Encarnación para que el público allí congregado contemple el misterio y a la titular con la premisa de que tiene que dejar libre el cruce con la calle Laraña para El Cristo de Burgos antes de las 21:00 horas.

Dentro de la misma Madrugada, otra cofradía de ruan negro como es El Calvario sale de la Catedral pasadas las 6:30 horas y en menos de dos horas, termina su estación de penitencia mientras que por ejemplo, El Silencio espera a la Macarena en el cruce de la calle Trajano pero si no tuviera que hacerlo, a las 4:30 ya estarían entrando dentro de San Antonio Abad tramos de nazarenos de la corporación.

Los ritmos de las cofradías pueden ser la clave ante un aumento creciente e incluso en algunos casos, exponencial de los cortejos. El hecho de andar (tanto de los pasos como de los nazarenos y tramos) puede solucionar los retrasos que se producen cada día de la Semana Santa, así como sea más aliviador el contemplar un cortejo.