Las pruebas de la antigüedad de la hermandad del Silencio de Sevilla
Alfredo José Martínez ofrece datos acerca del remoto origen de la corporación de la Madrugada y la consciencia del mismo en el seno de la hermandad a lo largo de su historia
Hallan un documento que revela el origen de la advocación del Señor del Gran Poder

La hermandad del Silencio aprobó sus primeras reglas en el año 1356, lo que permite a los cofrades de San Antonio Abad disputar el honor de ser la corporación penitencial más antigua de la capital hispalense. Estas reglas fundacionales, sin embargo, se perdieron durante ... la invasión francesa, cuando la primitiva hermandad de los nazarenos de Sevilla sufrió el saqueo de las tropas napoleónicas. Los documentos, encontrados décadas después, no pudieron ser recuperados mediante su compra por las importantes deudas contraídas por la hermandad, que no pudo meterse en un litigio para hacerse con sus documentos históricos.
Estos relevadores datos fueron expuestos por Alfredo José Martínez en un artículo de investigación titulado 'Testimonios archivísticos de la existencia de la normativa bajomedieval de la primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla' y publicado en la Crónica Jurídica Hispalense. Sin embargo, ciertos medios de comunicación los pusieron en duda el pasado verano con información que ahora ha rebatido de forma minuciosa el propio profesor Martínez junto a Rafael Roblas en el último número del Boletín de las Cofradías de Sevilla.
La lectura del mencionado texto, al igual que la del artículo de investigación que lo precede, es más que recomendable. En ambos se hacen numerosas apreciaciones acerca de aspectos de la historia de la corporación de la Madrugada de gran relevancia en lo que al reconocimiento de su remoto origen se refiere.
Por ejemplo, frente a la aseveración de que la hermandad del Silencio no se quejó hasta la época contemporánea del puesto erróneo que se le asignaba en las procesiones por orden de antigüedad, se apunta que sí que lo hizo en 1621 su hermano mayor, Tomás Pérez. Tanto es así que años más tarde, a finales del siglo XVII, se dejó de participar en la procesión del Corpus al no reconocerse su fecha fundacional del siglo XIV.
Nuevas reglas en 1578
En momentos anteriores, como 1579, el Silencio no pleiteó por temas de antigüedad al encontrarse inmersa en otros temas de máxima importancia en aquel entonces: el traslado hasta su actual sede gracias a la adquisición de la capilla del Santo Crucifijo y parte del huerto del hospital de San Antonio Abad, aludiéndose a la antigüedad de la cofradía en el texto que rubricaba el contrato con la Orden Antonina. Que se dejara constancia de ello en un documento jurídico como aquel da muestra de la consciencia que ya existía dentro de la corporación acerca de su origen remoto.
Justamente un año antes, el hermano mayor, Mateo Alemán, redactó unas nuevas reglas para la corporación, motivo por el cual los hermanos de Jesús Nazareno no figuraban entre los más antiguos en una pequeña obra de 1579 firmada por Francisco de Sigüenza en la que se citaba una relación de las hermandades participantes en la procesión de la Virgen de los Reyes. El orden de las mismas podría ser por antigüedad o no, porque en ningún momento se especifica. En cualquier caso, lo más probable es que el criterio elegido en aquel texto fuera el de la aprobación de reglas por parte de la autoridad eclesiástica, tomándose las que acababan de ser redactadas por Mateo Alemán.
¿Por qué no se dio más bombo en aquel momento concreto a esa ascendencia primitiva, optándose por referirse públicamente a las reglas de 1578? Lo explica la circunstancia personal de aquel hermano mayor, descendiente de una familia de judíos conversos. La pretendida escalada social de Alemán no podía producirse sin ocultar tanto ese origen como el de la cofradía ―pobre, plebeya y del extrarradio―, para convertirla en una de renombre al llevarla al centro de la ciudad en connivencia con los religiosos antoninos.
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