cultos
Pleno de Vía Crucis en el cuarto sábado de Cuaresma
Cinco hermandades recorrieron sus respectivas feligresías para rezar las catorce estaciones en una tarde fría y sin lluvia
El programa de la Semana Santa de Sevilla 2024
Pasión en Sevilla estrena canal de WhatsApp
Sevilla
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónA primera hora de la tarde del cuarto sábado de la Cuaresma el agua cesó para dar paso a una tarde y noche de bajas temperaturas, pero de pleno de Vía Crucis. Hasta cinco imágenes titulares de las hermandades recorrieron sus respectivas feligresías, ... dos en el casco antiguo y tres en los barrios.
Minutos antes de las siete de la tarde, en el interior de Santa Marina, se preparaba el Vía Crucis de la Resurrección presidido por una cruz y la Virgen del Amor, titular primitiva de la corporación.
Cortejo repleto de niños, Antonio Santiago al mando de las andas, en el fondo, el Señor de la Resurrección en lo más alto de Santa Marina porque este domingo culminan sus cultos. Caía la tarde y el sol dejaba un cruz en el cortinaje del templo. Era la señal del inicio de este culto.
Aún de día comenzó este culto externo que tuvo una duración de algo más de hora y media. En San Martín, mientras tanto, culminaba la eucaristía previa al Vía Crucis con el Cristo de la Lanzada, el más céntrico del día. Bastante público en esta cita clásica de la Cuaresma.
No había cortejo, solo los acólitos y la imagen, con la finalidad de que los hermanos rezaran alrededor de su titular. Todo por un entorno de calles estrechas, una auténtica delicia.
De religiosidad pueden presumir y mucho en San José Obrero. Es una hermandad dando un ejemplo eclesial en cualquiera de los cultos que celebran a lo largo de todo el año. El recogimiento con el Cristo de la Caridad era sublime, sobrecogedor, una imagen que era llevada por una feligresía que en menos de dos semanas tendrá nazarenos por su barrio.
Antes de las nueve de la noche daba inicio el Vía Crucis de Jesús de Nazareno de Pino Montano. Amplio cortejo, numeroso culto de una zona de Sevilla, de un barrio con cientos de habitantes y con una hermandad que no cesa en seguir creciendo. La parroquia, en su puerta, recuerda el 25 aniversario de la Virgen del Amor, imagen que dará mucho que hablar el próximo otoño.
El Señor cruzaba la puerta ante una abarrotada plaza, al igual que durante gran parte del trayecto del Vía Crucis. Nada fue un impedimento para acompañar a Cristo por Pino Montano, ni la noche ni las bajas temperaturas de una noche desagradable.
El cuarto fin de semana de Cuaresma el barrio de San Bernardo vuelve a ser el barrio de San Bernardo. Son los últimos cultos al Cristo de la Salud. Por unos días dejar de ser una zona de pisos turísticos y estudiantes universitarios para dar paso al regreso de los vecinos y hermanos al antiguo arrabal.
Es tarea difícil recuperar la esencia del barrio pero la hermandad continúa trabajando en ello. El Cristo de la Salud recorrió calles inéditas en un Vía Crucis clásico, elegante, como caracteriza a esta corporación que nunca pierde su sello de identidad. Un auténtico gozo poder seguir disfrutando de San Bernardo en su barrio, el de los toreros y con una de las tallas más portentosas de la Semana Santa.
Así se celebró la víspera del domingo de laetare, el de la alegría, el de animar a los creyentes a terminar el periodo de la Cuaresma porque al final el Señor resucitará.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete