La saturación es la epidemia de este tiempo y en el tiempo sin tiempo de nuestra Semana Santa es un factor desestabilizador impropio de la ciudad que marca el canon. El incremento del número de nazarenos, bendición económica para las hermandades, torna en problema de ... encaje de horarios e itinerarios. Arreglarlo tiene difícil solución sin afectar al derecho a realizar estación de penitencia. Nadie quiere dar el paso pero, tarde o temprano, las cofradías tendrán que idear fórmulas para rebajar la nómina. Pongamos que todo hermano, para sacar la papeleta de sitio, deba superar una nota de corte: la de saber rezar de corrido tres oraciones a los amantísimos titulares. Me atrevo a decir, para no salirme del sacro guion, que sería mano de santo para paliar el problema.
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