La finalidad de este examen ha sido corroborar que la intervención sobre las patologías estructurales de la dolorosa ha resultado satisfactoria de cara a acometer la última fase del proceso. El traslado de la imagen al CNA y las pruebas se han acometido «con todas las medidas que garantizan su seguridad e integridad, y según los estándares habituales utilizados en la conservación del patrimonio histórico, preservando en todo momento la intimidad de la imagen», como señala la hermandad.
Después de unas horas, y después de que dicha prueba diagnóstica se desarrollase tal y como estaba prevista, la Macarena ha regresado a las dependencias de la basílica para que Pedro Manzano continúe con el proceso de restauración en el que se encuentra inmersa.
La junta de gobierno da las gracias al equipo del Centro Nacional de Aceleradores (CNA) por «su profesionalidad y rigor, así como la delicadeza, respeto y cariño con que han desarrollado la prueba diagnóstica» que da un paso más en la recuperación de la Virgen de la Esperanza.
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