Portugal está siendo una auténtica fiesta religiosa en la primera semana del mes de agosto de 2023. El país vecino es el mayor centro religioso del mundo en estos momentos por la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Es sin duda uno de los acontecimientos de los creyentes en el Señor más importantes que existen, en la que miles de jóvenes y no tan jóvenes procedentes de multitud de país se unen para reivindicar la fuerza de Dios en la planeta.
España es uno de los países con mayor presencia en las JMJ y Sevilla, detrás de Madrid, la segunda ciudad con más peregrinos en Portugal. De las más de 5.000 personas presentes, muchas de ellas son procedentes de las hermandades.
La comitiva la encabeza el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, seguido de los obispos auxiliares, Ramón Valdivia y Teodoro León, seguido de una gran cantidad de sacerdotes que acompañan a los jóvenes en Portugal.
Están dando un auténtico ejemplo de fe, de evangelización, de demostrar su amor a Cristo y a la Virgen, de la que Sevilla es la ciudad más mariana en la faz de la tierra. Cada uno lleva a su imagen para mostrarla, aunque sea la misma.
Las hermandades van con banderas de su hermandades, colgaduras con sus titulares, reparten miles de estampas a los creyentes de todo el mundo, una gran manera de evangelizar y de mostrar que la iglesia está modernizada y a la orden del día.
Acuden a todos los actos organizados en Lisboa, cada uno a su manera, con más o menos días en Portugal, pero lo importante es el ejemplo que están dando, lo que supone que la iglesia de Sevilla y las hermandades tienen un enorme futuro por delante.
Incluso admirable es poder ver a peregrinos de los barrios más humildes de Sevilla, que creen en Cristo y lo ven como su principal apoyo para salir adelante en situaciones complicadas.
No solo de las hermandades hay que hablar de las bandas, el capataz, del arreglo del patrimonio, de horarios y puestos en la nómina, algo esencial para el mundo de las cofradías, pero lo más importante de todo es hacer ver que son instituciones religiosas, demuestran que su principal fin es la de dar culto y promover la palabra de Cristo por encima de todo, además de formar a las personas y hacer labores caritativas.
Todos están viviendo una experiencia única, con la mayor presencia española en las JMJ sin contar con la de Madrid. Ser creyente es rezar, alabar y llevar la palabra de Dios a cualquier parte y también la de poder disfrutar de mil maneras, sea cantando, compartiendo o conviviendo. Sevilla lo está demostrando y con creces.
El Rocío de Triana lleva más de 10000 estampas a repartir, siete guitarras para cantarle a la Virgen como hace desde hace más de 200 años a la patrona de Almonte, otras hermandades elevan cánticos de sus titulares, otras forman auténtica reuniones en torno a Cristo.
Es una experiencia única, irrepetible, necesaria de hacerlas no solo en Lisboa, sino de demostrar en Sevilla en el día a día que las hermandades saben dar testimonio de fe y de evangelizar, cada una a su manera, pero viviendo el día a día poniendo de manifiesto el fervor al Señor y a la Virgen.
Ya lo dice el Papa Francisco: «en estos días de la #JMJ, lleven a Jesús sus interrogantes y confíenle sus secretos, la vida de las personas queridas, las alegrías y las preocupaciones, y también los problemas de sus países y del mundo. Llámenlo por su nombre, como Él hace con ustedes».
Sevilla ya canta: ¡Aquí está la juventud del Papa!
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