Entrevista
José de Cristóbal, comisionado de los Panaderos: «Tenemos que devolver la normalidad y el pulso cofrade a esta hermandad»
La hermandad de la calle Orfila afronta una etapa de transición tras la dimisión en bloque de la junta de gobierno y la toma de cartas en el asunto por parte de Palacio
José Cristóbal asume el comisionado de la hermandad de los Panaderos
Sevilla
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Iniciar sesiónLa hermandad de los Panaderos afronta una nueva etapa tras la dimisión en bloque de su junta de gobierno y el nombramiento de un comisionado por parte del Arzobispado. Esta misma semana se ha conocido que José de Cristóbal González dirigirá la ... corporación del Miércoles Santo durante el próximo año.
Cristóbal, que fue hermano mayor de la Vera Cruz, ya sabe lo que es tomar las riendas de una hermandad, aunque en diferentes circunstancias. El comisionado de los Panaderos atiende a ABC para hablar sobre su llegada al cargo, los retos que tiene por delante y sobre la inminencia de los cultos cuaresmales y la estación de penitencia.
―Asume el comisionado de los Panaderos hasta mayo de 2026, lo que implica dos Cuaresmas y dos Semanas Santas.
―Efectivamente, por eso se ha puesto la fecha de mayo. Al principio propuse un año, pero no podíamos dejarlo a un mes de la Semana Santa. Había que dejar cerrado y terminado todo lo que es la Cuaresma y la Semana Santa del año que viene y, a partir de ahí, cerrar este período.
―¿Cómo ha acabado siendo nombrado para este cargo? ¿Se reunió con los responsables de Palacio, dijo que sí directamente o lo tuvo que pensar?
―No fue un sí al momento. Me llamaron el delegado diocesano de asuntos jurídicos y el de hermandades y cofradías, don Miguel Vázquez Lombo y don Marcelino Manzano, y estuvimos hablando de este tema. Yo llevo ya varios años colaborando con Lombo en su delegación, por lo que nos conocíamos. Me lo propusieron, quedamos en que tenía que darle una vuelta al asunto, debía consultar varias cosas primero, y ya al día siguiente o a los dos días, estuve ya reunido con ellos, cerramos varias cosas y ya acepté este encargo.
―La intención era buscar una persona externa a la hermandad por la situación tan delicada que vive.
―Yo no sé si han barajado otra opción, tampoco lo he preguntado. Lo normal en estos casos, como ha ocurrido anteriormente con otras cofradías, es que siempre sean personas externas. Cuando hay situaciones como esta, si entra alguien de fuera, no está mediatizado por nadie. Al no conocer a los hermanos que están participando de estas incidencias, el que llega no va ni con uno ni con otro, de forma que eso ayuda un poco a que no te vean parte del problema, sino más bien como una solución.
―¿Ha tenido la oportunidad de conocer de primera mano en qué situación se encuentra la hermandad de los Panaderos?
―Todavía estoy aterrizando. Todas las preguntas que les hice tanto a don Marcelino como a don Miguel me las respondieron. Aquí no era cuestión de ocultar nada que ellos no supieran. Sé un poco cómo estaba la hermandad. Pero sigo aterrizando, yo volví el viernes pasado por la noche de un viaje y empecé a trabajar con ellos el martes por la mañana. Desde entonces, te puedes imaginar: muchas reuniones, tanto con hermanos de las dos candidaturas que en su día se presentaron a las elecciones como con algunos hermanos antiguos que han pertenecido a anteriores directivas de los Panaderos. Sigo teniendo reuniones y estoy sacando mis conclusiones. A mí personalmente no me parece que ocurra nada que no sea solucionable. Esto es como en todas las administraciones donde hay personas, se crean conflictos muchas veces con un poquito de culpa de cada parte, pero siempre desde el cariño a la hermandad y a las cofradías. De todas formas, siempre se van buscando soluciones. Creo que no hay nada que no podamos arreglar.
―Fue hermano mayor de la Vera Cruz. ¿Cómo aplicará la experiencia que ganó en aquel momento a volver a encabezar una hermandad pero en una circunstancia tan particular como esta?
―Bueno, al final son cofradías, somos organizaciones de la Iglesia, estamos dentro de ella y tenemos los mismos fines. Podría decirse que estamos en la misma calle, con distintos números. La experiencia como hermano mayor de la Vera Cruz, evidentemente, me vale. Ocupar el cargo de hermano mayor de una cofradía te hace ver los problemas de una forma genérica, muy abierta. Un hermano mayor tiene la obligación de estar con todos los hermanos, con los que tienen problemas, con los que no, con los que están más tiempo allí y con los que te ven menos. Esa visión globalista de haber sido hermano mayor y de haber estado con todos al servicio de la hermandad sí que me vale, aunque cada cofradía tiene su idiosincrasia y son todas distintas en cuanto a su estilo, su funcionamiento. Pero en lo fundamental, los fines son los mismos, las personas son las mismas, somos todos cofrades, somos todos gente de Iglesia y eso es común a todas las cofradías.
«Llegar de fuera ayuda un poco a que no te vean parte del problema, sino más bien como una solución»
José de Cristóbal González
Comisionado de los Panaderos
―Ha llegado a unos días del Miércoles de Ceniza, directamente para los propios cultos de los Panaderos. Lo que viene siendo llegar y pegar.
―Sí, pero me he encontrado con la sorpresa de que los que estaban lo tenían todo bastante organizado. Ni muchísimo menos ha habido que empezar nada desde cero. Estaba casi todo hecho, y los cultos bastante preparados. Este mismo sábado tenemos el traslado a la iglesia de la Misericordia, y el quinario la semana que viene. Me he encontrado con personas con las que he estado tratando que procedían de la junta anterior, que están en plena disposición, con muy buena voluntad de hacer las cosas, y saben perfectamente que esto nos ha cogido a todos encima. Hay que arrimar un poco el hombro y, después, Dios proveerá. En principio, están todos colaborando, y las cosas, bastante bien encauzadas.
―Tanto los traslados como los cultos en la Misericordia se van a hacer según estaba planeado, ¿no?
―Sí, yo creo que en principio no hay que cambiar nada de lo que se hacía, siempre y cuando se pueda hacer. Como el traslado es algo que está en regla, por lo que no hay que pedir permiso, lo único que hay que preparar es la logística y los planes B en caso de lluvia. El traslado hay que hacerlo por las reducidas dimensiones del templo de la calle Orfila.
―La planificación de la Semana Santa, por tanto, también se va a llevar a cabo con la mayor normalidad posible.
―Sí, sí. Yo espero y deseo, y además creo que va a ser así, que va a contar con la mejor colaboración y buena voluntad de los hermanos. Es mucho más complicada la salida de la cofradía que organizar un culto como el quinario, porque hay muchas puertas que hay que tocar, pero también está muy avanzado. Todo lo que había que hacer de antemano, como las bandas, flores, cera... está cerrado. Sí que hay que abrir el período de papeletas de sitio, organizar la cofradía, habrá que estar en contacto con el Consejo y el Cecop y en coordinación con las cofradías del Miércoles Santo. Todo eso, evidentemente, está por hacer, pero ya estamos trabajando en ello para dejarlo todo lo más cerrado posible.
―¿Tiene ya compuesto su equipo?
―No, todavía estoy trabajando en ello. La única persona nombrada por Palacio soy yo, y ahora voy a crear dos equipos. Por un lado, un equipo de trabajo, la gestora, que no sé todavía cuántas personas van a ser, pero no va a ser muy grande, porque estas personas crearán a su vez sus propios equipos de trabajo. Por el otro, quiero crear una comisión consultiva con hermanos antiguos para que me ayuden a tomar decisiones importantes si hubiera que tomarlas. Pero una gestora no es algo a imagen y semejanza de una junta de gobierno, no habrá prioste ni mayordomo.
―¿Cuáles son los mayores retos que tiene por delante al frente de la hermandad de los Panaderos?
―El principal reto es que los hermanos sean capaces de creer que esta es una hermandad histórica, muy señera en Sevilla, muy importante, que no puede de ninguna de las maneras dejar que este pequeño problema le supere. Que ellos se den cuenta de que, con un pequeño esfuerzo que hagamos entre todos, yo no puedo hacerlo solo, porque no soy ni hermano, no conozco a muchos de los hermanos, seamos capaces de devolver la normalidad y el pulso cofrade a esta hermandad. Yo creo que, si logro hacerles ver que es posible hacerlo sin necesidad de que pase mucho tiempo ni de abrir heridas, en todo caso cerrarlas, con buena voluntad todo se consigue. En la hermandad hay una juventud magnífica, muy pujante, muy trabajadora, con mucha actividad; las diputaciones de formación y caridad trabajan perfectamente... Hay mucha actividad, no hay que recuperarla. Los hermanos se tienen que dar cuenta de que estamos en una cofradía, dentro de la Iglesia, y que las disputas y problemas hay que dejarlos fuera.
―¿Qué mensaje daría a los mensajes de los Panaderos que sientan incertidumbre por el futuro de su cofradía?
―Que sepan con total claridad que están en una magnífica hermandad, y que su hermandad, por el tiempo que lleva haciendo las cosas bien en Sevilla, no va a cambiar absolutamente nada porque tengamos ahora un período en el que haya algunas disputas que vamos a cerrar. La hermandad va a recuperar su pulso en muy poco tiempo y va a volver a ser lo que siempre ha sido. Que tengan la confianza en ello. Esta hermandad tiene muchísimos hermanos, y estas cosas han pasado en muchas cofradías muchas veces. Ahora les ha tocado a ellos, pero se va a superar.
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