Los Javieres saldrá de la iglesia de los Jesuitas el Martes Santo de 2026

Así lo explica a ABC el hermano mayor de la corporación del Martes Santo, José Antonio Oliert, que señala que el permiso de la Santa Sede a la cesión del templo es «la certificación de una esperada noticia» que ha llegado algo antes de lo que la hermandad barajaba, al ser agosto un momento de poca actividad. El proceso, sin embargo, comenzó hace muchos meses. En noviembre del año pasado, la hermandad hacía público el inicio de las gestiones para regresar al templo de la céntrica calle Jesús del Gran Poder, donde se fundó en 1945 y desde donde realizó sus primeras salidas procesionales.

La junta de gobierno convocó a sus hermanos a cabildo general extraordinario el 26 de marzo buscando su respaldo de cara a los trámites y actuaciones para conseguir este objetivo, algo que salió adelante con una abrumadora mayoría de 279 votos a favor, 2 abstenciones y 13 en contra. En aquel momento también se aprobó otorgar facultad al hermano mayor para realizar las gestiones pertinentes y firmar el acuerdo de cesión, el único paso que actualmente falta para ver a los Javieres en este templo 48 años después de su partida hacia la parroquia de Omnium Sanctorum, en plena calle Feria, en cuya capilla de los Cervantes, bajo la torre del templo, aún se encuentran sus imágenes titulares.

Teniendo el beneplácito de los hermanos, de la archidiócesis y de los jesuitas, el único permiso que le faltaba a la hermandad era el del Vaticano para poder establecerse en este enclave tan ligado a su historia. Oliert apunta que el proceso para obtener dicho visto bueno comenzó en cuanto los hermanos dieron luz verde, pero que quedó en pausa con la muerte del Papa Francisco y los correspondientes cambios en los dicasterios.

Tras haberse retomado el asunto, ha llegado la aprobación mediante un decreto que Roma hará llegar en los próximos días a Madrid para que desde allí se traslade a la hermandad. Cuando eso ocurra, sólo quedará formalizar el acuerdo de cesión mediante la firma entre la corporación y los jesuitas, algo que el hermano mayor cree que ocurrirá dentro de muy poco.

De hecho, Oliert se muestra convencido de que la cofradía saldrá desde la iglesia del Sagrado Corazón el próximo Martes Santo. Aunque por el momento no puede concretar más los plazos del traslado, ese es el objetivo marcado por la hermandad, y dada la fecha del visto bueno de Roma, «pondría la mano en el fuego por que así será», asegura el hermano mayor, que tuvo que pedir una prórroga de su mandato para poder cerrar este hito para los cofrades del Cristo de las Almas. Miembros de la hermandad acuden cada cierto tiempo al templo y aún hay una serie de cuestiones logísticas que deberán resolverse para que el regreso en el templo y la vida de hermandad allí cumplan con todas las garantías.

El traslado de los Javieres supondrá una nueva vida para la iglesia de los Jesuitas, que se encuentra cerrada al culto desde que se marchó de allí la delegación de Pastoral Juvenil. El templo no alberga una hermandad desde que los cofrades del Martes Santo se marcharon en 1977. El acuerdo de cesión contempla que la corporación pueda establecer donde considere a sus imágenes titulares, pudiendo recibir culto el Cristo de las Almas en el altar mayor y la Virgen de Gracia y Amparo en uno de los altares del crucero donde actualmente se encuentra la talla de la Gran Madre, como en su día expresó el hermano mayor.

La autorización por parte de la Santa Sede supone el espaldarazo definitivo al proyecto más relevante en la historia reciente de la hermandad, un proceso complejo que requiere de muchos trámites, pero que ya se acerca al final que desean los hermanos de los Javieres.