La hija de Álvarez Duarte denuncia a la hermandad de Bellavista por alterar la fisonomía de la Virgen
El juez admite a trámite la demanda, que exige que se «reponga a su estado original» la imagen y se indemnice a la familia por el daño moral causado
Así regresa la Virgen del Dulce Nombre de Bellavista tras la restauración de Darío Ojeda
¿Cuáles son los retos y límites a los que se enfrenta un restaurador de una imagen como la Macarena?

La hija del imaginero Luis Álvarez Duarte, Guadalupe Álvarez-Duarte Ortega, ha denunciado a la hermandad de Bellavista por la restauración realizada a la Virgen del Dulce Nombre en sus Dolores y Compasión entre finales de 2020 y principios de 2021. La demanda, ... a la que ha tenido acceso ABC, expresa que dicha intervención, realizada por el restaurador Darío Ojeda, supuso «una transformación significativa que ha alterado la configuración y expresión artística que el autor imprimió a la obra».
La denuncia, presentada al juzgado de lo Mercantil de Sevilla y admitida a trámite por el juez, se basa en el derecho a la integridad de la obra, que busca impedir «cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra la obra que suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su reputación».
En el caso concreto del Dulce Nombre de Bellavista, se critica la «sustancial transformación» de la Virgen, especificando «cambios trascendentales en el volumen de su rostro, nariz y mandíbula, en la profundidad de las comisuras de la boca y los pliegues y hoyuelo de la barbilla, la alteración en el espectro y profundidad de su mirada, la desaparición de la pátina característica de su autor y la presencia de una policromía radicalmente distinta».
La demandante, heredera universal y titular de los derechos de propiedad intelectual de Duarte, rechaza los argumentos esgrimidos acerca de que los cambios en la imagen se debían a la supresión de alteraciones realizadas por terceros en intervenciones llevadas a cabo desde que Duarte tallara a la Virgen en 1969 y el año 2020, ya que dichas actuaciones «no alteraron la imagen de forma significativa», y recuerda que el propio restaurador reconoció en El Llamador el pasado mes de marzo que la talla había sufrido «un cambio brutal».
Recuperar el aspecto original
Por todo ello, pide «reponer a su estado original» la Virgen del Dulce Nombre, preferiblemente a cargo del escultor Ventura Gómez, discípulo de Duarte, «o en su caso por otra persona capacitada profesionalmente para ello». En la denuncia se menciona un informe realizado por el propio Gómez acerca de cómo debe efectuarse dicha restauración para «recuperar la integridad artística de la obra original».
El abogado de la demandante, que ve bastantes visos de que la denuncia prospere, hace hincapié en que adquirir el soporte material de una obra no confiere la facultad de modificarla, ya que debe respetarse la idea artística materializada por el autor en él, un bien inmaterial.
Guadalupe Álvarez-Duarte exige, además, una indemnización simbólica de 2.112,90 euros «por los daños morales causados», el 50% del precio de 15.000 pesetas pactado cuando la hermandad adquirió la obra en 1969, actualizado al 2.717,2% con el Índice de Precios al Consumo (IPC) del INE. Dicha indemnización, en caso de estimarse, se donará a Cáritas Diocesana.
La reacción de la hermandad
El actual hermano mayor de Bellavista, Diego Romero, desmiente a este periódico uno de los puntos que se menciona en la demanda, la supuesta financiación de la restauración con ayudas procedentes de la Consejería de Cultura de la Junta. Esta se sufragó con fondos de la propia hermandad, y así se dio a conocer a los hermanos en el cabildo general de cuentas. Respecto a la gestión de la intervención sobre la imagen, explica que se estableció una comisión para elegir el restaurador entre varios candidatos, entre ellos Ventura Gómez y el propio Darío Ojeda, que era y es oficial de junta de gobierno de la hermandad.
Romero también asegura que la hermandad, valorando el presupuesto y proyecto presentado por cada uno, y con el respaldo de expertos en la materia como Andrés Luque Teruel, Jesús Romanov y José Roda Peña, se decantó por Ojeda. Este realizó los trabajos con el objetivo de «restaurar la encarnadura de la imagen y eliminar pátinas y añadidos posteriores», cuyo resultado fue acogido con agrado por los hermanos, aunque con críticas desde el primer momento por parte de la familia de Duarte, desde donde ahora se presenta la denuncia.
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