Hermano mayor de Setefilla: «La hermandad no es mejor ni peor, sino diferente por conservar sus tradiciones»

―A pocos días de la celebración de la Magna, ¿cómo imagina que serán los eventos?

Imagino que es una cita multitudinaria porque participarán todas las devociones de la ciudad y de la provincia. Pero lo tenemos todo organizado aunque con cierta incertidumbre porque es una cita importante para nuestra hermandad.

―¿Qué supone para su hermandad haber sido elegida para participar en este evento histórico?

Es, sobre todo, un orgullo y un honor pero también una responsabilidad porque no sabemos cómo irá. Intentaremos estar a la altura.

―¿Cómo será el traslado de la imagen?

Nuestra Señora de Setefilla será trasladada en transporte privado desde Lora del Río hasta la Catedral de Sevilla, allí estará el día 4 de diciembre para la celebración de todos los actos religiosos programados por el Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular.

―En estos últimos días su hermandad está con todos los preparativos…

Cada vez es más la impaciencia. Esperamos las últimas pautas por parte del Arzobispado de Sevilla para la Procesión Magna del día 8 de diciembre. Pero tengo que decir que estamos un poco intranquilos con la esperanza de que, finalmente, todo salga lo mejor posible.

―¿Cómo han recibido los devotos que la Virgen de Setefilla, patrona de Lora del Río, participe en la Magna?

La población de Lora del Río, donde se ubica la parroquia de la Asunción a la que pertenece la imagen cuando no se encuentra en su Santuario, está muy contenta porque la Virgen de Setefilla sea una de las tres imágenes de la provincia que va a participar en un evento de estas características. Tengo claro que nuestra hermandad ha sido elegida por la devoción a Nuestra Señora de Setefilla.

―Además, se trata de una imagen que está entre las más antiguas de la provincia.

El origen de esta devoción es anterior al siglo XV y, según la tradición, la Virgen pasa dos años en la parroquia de la Asunción y cinco en su Santuario, ubicado a once kilómetros del casco urbano. El traslado se convierte en una romería multitudinaria porque hasta esta localidad llegan devotos de toda la provincia. Es muy importante para los loreños su Virgen.

―Sin embargo, este año precisamente ha estado más tiempo del esperado en la parroquia de la Asunción.

Ha sido una situación excepcional. La única excepción para que se prolongue su estancia en la iglesia es que ocurra alguna calamidad. La imagen tenía que haber sido trasladada al Santuario el pasado mes de noviembre y se decidió, en cabildo de hermanos, prolongar su estancia en rogativa para que lloviera.

La rogativa ha surtido efecto porque el mismo día que estaba prevista «la ida» como llaman los loreños a este traslado (al contrario lo llaman «la venida») cayeron 93,6 litros por metro cuadrado, según recogió la estación meteorológica de Lora del Río, algo menos de los previstos. Y semanas después ha seguido lloviendo.

―¿Cómo se vive la religiosidad popular en el municipio de Lora del Río?

Se vive muy fuerte debido a la Virgen. Decir Lora del Río, es decir Setefilla. Se vive con una devoción inmensa y un amor a la Virgen impresionante. Aquí decimos, vamos a ver a la Virgen, vamos a casa de la Virgen… La unión de un loreño con Setefilla es desde pequeño.

―¿Cómo manifiesta la gente la devoción por la imagen?

La manifestación del pueblo de Lora es dar lo máximo a la Virgen. El pueblo se entrega a los actos que se realizan en su honor. Cuando hay algún acto, siempre está ahí, apoyando, todo por su amor a la Virgen, esto se siente y se palpa en el pueblo.

―¿De dónde cree que nace esa fuerza para ser uno de los referentes devocionales de Lora?

Siempre digo que la Hermandad Mayor de Setefilla, no es mejor ni peor, sino diferente a todas debido a la peculiaridad de su arraigo, a la conservación de sus tradiciones. Esto es lo que mueve el amor a la Virgen, esas vivencias de cada persona, de sus antepasados. Y en la actualidad se sigue centrando en esos requisitos de su historia. Es la razón de la idiosincrasia de la hermandad.

―¿Cuáles son las tradiciones de la Virgen?

La «venida» de la Virgen es lo más grande porque vuelve cada siete años de su santuario. Antes la imagen sólo se traía al pueblo por una calamidad, por ejemplo, la falta de lluvia, una pandemia. Por lo que podía pasar muchos años en su ermita. Hace un tiempo se hizo un cabildo extraordinario para que la Virgen pudiera venir al pueblo cada siete años con idea de que la juventud conociera esta tradición. Desde el santuario hay un recorrido de unos doce kilómetros, pasando por los caminos antiguos, muy difíciles, cruzando riachuelos. Las familias pujan por pasar, se puja por los varales una cantidad. Es decir, ofrecen dinero por pasar por esos tramos.

Antes de venir la Virgen, tocan la campana de Santa Ana. Los jóvenes buscan al hermano más antiguo y lo sacan en un sillón para llevarlo a la casa del hermano mayor para pedirle que la imagen vuelva al pueblo. También van a la parroquia y cantan una salve. Aquí está más de un año y menos de dos. Este año lleva más tiempo por la lluvia. Cuando la llevamos de vuelta a la ermita, se tapa, entonces no hay puja.

―¿Imaginamos que irá todo el pueblo a Sevilla a verla?

Seguro. La forma de llevar a la Virgen no incluye costaleros, es más peculiar que el resto. La procesión irá ordenada, pero la multitud la acogerá y los loreños estarán acompañando a su Virgen.

―¿Cómo definiría a la Virgen en una palabra o en una frase?

Amor, fe. Para un loreño Setefilla es lo más grande.

―El día 4 de diciembre está a la vuelta de la esquina. ¿Están listos?

Estamos preparados para vivir este importante día para nuestra hermandad y para Sevilla.