vísperas
Las hermandades de Dos Hermanas viven de forma especial la romería de Valme
El acto de la juventud se ha convertido en un importante punto de encuentro en torno a la Protectora
Los mayores de Valme: más de mil años de devoción viva a la Virgen
Valme J. Caballero
Dos Hermanas
Octubre en Dos Hermanas está marcado por la festividad religiosa más popular, fervorosa y antigua: la romería de Valme.
Una vez finaliza la temporada estival, la localidad empieza a mirar y pensar de una forma más intensa en el tercer domingo del décimo ... mes del año, una jornada especial a varios niveles – devoto, histórico, sociocultural,…-
Así también la mayoría de las hermandades comienzan a preparar esta jornada y las vísperas en la que participan de una manera singular. Y es que Valme es uno de los vínculos más importantes del sentir religioso nazareno.
Uno de los actos cada vez más consolidados es el protagonizado por los jóvenes de hermandades y de agrupaciones religiosas.
Acto de la juventud
El acto de la juventud se celebró ayer lunes, 13 de octubre, al ser festivo. Esta edición ha sido especial ya que se ha desarrollado bajo el lema 'Jóvenes con Valme que caminan con Esperanza', y debido a la celebración del Año Santo Jubilar han caminado desde la plaza del Arenal y han entrado en la parroquia de Santa María Magdalena, cruzando la Puerta Santa como signo de conversión, fe y esperanza, y recordando las palabras del Papa León XIV llamados a ser «peregrinos de esperanza en un mundo herido».
Durante las últimas semanas, el encuentro ha sido coordinado por la hermandad de Valme y los diputados de juventud de las hermandades que han querido participar – y también agrupaciones- de Dos Hermanas. Cada grupo joven ha elegido una palabra relacionada con el Jubileo —como servicio, fe, caridad, esperanza, testimonio o humildad— y, a partir de ella, han redactado una reflexión sobre cómo viven ese valor dentro de su hermandad.
El párroco, Manuel Sánchez de Heredia, manifestaba que el acto ha sido «sencillo, entrañable y muy profundo porque la reflexión sobre una de las palabras de la bula del Año Jubilar ha ayudado, a todo el que haya escuchado, a interiorizar todo lo que significa el Año Santo Jubilar de la Esperanza».
El coro infantil y juvenil de la hermandad de Valme, que la pasada semana protagonizó su primer concierto de vísperas, ha encabezado y ejercido de anfitrión además de poner la nota musical a este multitudinario y emotivo acto que reúne no sólo a jóvenes sino cada vez a más mayores que acuden a participar de los rezos y las oraciones de los más jóvenes y a contemplar cómo la semilla sembrada en sus hijos, sobrinos, ahijados,… da sus frutos.
Aparte de lo expuesto hay que reseñar que la mayoría de las hermandades celebran Valme de una forma especial como se cita a continuación.
La carreta de la Borriquita
La hermandad de la Borriquita ha formado parte del cortejo romero, con carreta, durante 50 años. Esta ha sido la única corporación que ha participado de esta forma en la romería con todo lo que ello implicaba. Según cuenta el hermano mayor, Juan Miguel Martín Mena, «la casa hermandad se convertía, desde el mes de mayo, en un auténtico hervidero de hermanos artesanos que prácticamente vivían allí todo el día: diseñando dibujos, rizando y ensartando flores… Una actividad que fomentaba aún más la unión y el espíritu de hermandad, haciendo que el Domingo de Valme fuese un día especialmente importante con las niñas de flamenca en la carreta, grupos de hermanos tras ella, cante, baile, rezos…» «Fueron momentos muy significativos y entrañables, tanto para nuestra hermandad como para la de Valme y para Dos Hermanas en general, donde se consolidó la labor tradicional de hacer carreta surgiendo de ella varias carretas y galeras que hoy en día, ya a nivel particular, continúan con la tradición», añade Martín Mena.
Manuel Muñoz, hermano mayor de Cautivo, vive la romería con familiares y amigos y recuerda que su hermandad tiene como parte de la feligresía la barriada Nuestra Señora de Valme, una zona de gran arraigo y en la que a la entrada figura un azulejo de la Protectora. «Además, la Virgen de la Esperanza lleva en el entrecalle una Virgen de Valme de marfil», matiza.
La hermandad de Amor y Sacrificio cada Lunes Santo lleva consigo a Valme, en el Gloria de su palio. «Cuando en la misión popular nos visitó la Virgen el vínculo creció y se ha hecho más estrecho», afirma el hermano mayor Rafael Gómez.
Desde Las Portadas, Pasión, vive la romería de Valme «como una manifestación de fe compartida, más allá de las devociones particulares de cada hermandad», explica la hermana mayor Rocío Sánchez. «Existe un sentimiento de orgullo compartido, todos nos sentimos de un modo u otro, 'valmistas'. En cada hermandad tenemos nuestra advocación, tenemos nuestra idiosincrasia, y nuestro carisma, pero todas compartimos lo más grande que tenemos, que es nuestra fe, y en octubre se hace Valme. Una romería tan importante como la de Valme no solo la vive la hermandad que camina, sino todo un pueblo a través de sus hermandades: se convierte octubre en tiempo privilegiado de unidad cofrade y reafirmación de la fe popular. Como dice nuestro lema de hermandad, la mejor forma de llegar a Jesús es por María, pero cuando el nardo florece, para llegar a Jesús, Váleme Señora», sentencia.
Para Óscar Romero, hermano mayor de la hermandad del Prendimiento, la romería de Valme es uno de los acontecimientos más importantes y emotivos de Dos Hermanas, donde la devoción y el fervor popular se unen en torno a la Virgen de Valme. «Para nosotros esta celebración supone un ejemplo de fe compartida y de hermandad sincera, ya que siempre ha recibido la ayuda y el apoyo constante de la hermandad de Valme. Desde hace años desde nuestra corporación hemos querido tener un gesto de cariño y en octubre, los ropajes de nuestra titular María Santísima del Carmen aluden a los colores de Valme: es una forma de reflejar la unión entre ambas corporaciones con el que mostramos el verdadero espíritu nazareno de solidaridad, devoción y amor por la Virgen».
Hermanos de Valme
La hermandad de la Protectora cuenta con hermanos que, a su vez, lo son de otras corporaciones y que se unen bajo su manto. Es el caso de Juan Lozano, hermano mayor de Oración en el Huerto, quien asegura que muchos de los oficiales de su hermandad lo son de Valme, y él mismo ocupó el cargo de secretario hace años. «El vínculo de todos los nazarenos con nuestra Protectora es innegable. Devoción y tradición que pasa de generación en generación y que tiene como culmen su inigualable Romería. Nuestra hermandad no es más que un reflejo de todo lo que sienten y viven nuestros paisanos en estos días tan señalados en nuestra ciudad», relata. Y prosigue: «el día de la Romería lo vivimos intensamente. Nos unimos un nutrido grupo de hermanos para acompañar a la Virgen hasta su ermita, tanto en la ida como en la vuelta, y vivimos un extraordinario rato de convivencia en Cuarto. En definitiva, Valme para nuestra hermandad es muy importante, no sólo por los lazos que nos unen a ambas corporaciones, sino por Ella, la Virgen».
Andrés Barea, hermano mayor de la Sagrada Cena, señala el acto de la juventud de Valme como uno de los primeros con los que «empieza el curso el mundo cofrade». Muchos de sus hermanos llevan carreta o galera y la preparan con esmero durante bastante tiempo. Por su parte «tanto las vísperas como el tercer domingo de octubre, los disfruto en familia y considero que es un día muy necesario para nuestro pueblo, un día en el que nuestra protectora sale al encuentro de todos los nazarenos que tanto la necesitamos».
La hermandad de Vera-Cruz mantiene una vinculación estrecha con la de Valme, ya que hay un amplio número de la nómina de hermanos comunes. De hecho, en la historia del Pregón de Valme, han sido varios los veracrucistas que han sido pregoneros de la Protectora, reconocen desde la hermandad. Su hermano mayor, Jesús Lato comenta que «Valme es la advocación mariana que une a los cofrades de nuestro pueblo bajo su manto protector y que colma de júbilo y bendiciones a sus hijos nazarenos cada tercer domingo de octubre».
El vínculo de Gran Poder con Valme es manifiesto. Durante unas obras, la imagen de Valme estuvo a los pies del Señor un tiempo, una estampa que queda en la memoria de los nazarenos. Así, para la hermandad de la 'madrugá', estos días en torno a la Virgen de Valme son días de encuentro con nuestra Protectora y Madre de «todos los nazarenos. Además, hay que resaltar que la mayoría de los hermanos mayores de nuestra hermandad también han sido y son hermanos de nómina de nuestra Madre y Señora de Valme. Desde Gran Poder queremos que todos los nazarenos sigamos sembrando ese amor a María sea cual sea su advocación, pero que Nuestra Madre chiquita siempre nos cuide y venga en nuestro corazón», señala el hermano mayor Julio Cruz.
La hermandad de Nuestra Señora de la Amargura vive la devoción a la Virgen de Valme con cercanía, gratitud y participación activa, tanto en los días previos como en la propia romería. Hay muchos hermanos de ambas corporaciones que asisten a los cultos «e incluso mantener la tradición de acudir juntos, algo que refuerza la fraternidad entre hermandades y familias», expone Isabel Rojas, hermana mayor. «La Virgen de Valme es una referencia espiritual compartida, una identidad común que nos une como pueblo y que forma parte de nuestra historia, nuestra fe y nuestra memoria colectiva». «Para nuestra hermandad, la Virgen de Valme es símbolo de fe compartida, identidad nazarena y esperanza. La romería no es solo una tradición, sino un momento de unión entre hermandades y familias, donde el amor a la Virgen nos convoca y nos hace caminar juntos; vivir Valme es sentir que Dos Hermanas se pone en camino con el corazón», matiza.
José Antonio Sánchez Melgarejo, hermano mayor de Santo Entierro, cuenta que en todo el pueblo «se respira el ambiente a Valme, a tradición familiar y a historia, pues el amor hacia Ella une a todos los nazarenos». Resalta como emotivo «el acto de la Devota Salutación Mariana de los jóvenes como un día muy especial para todos, y que llena de vivencias la Parroquia. Y el Domingo de Valme es un día para disfrutar en familia, con amigos, alrededor de Nuestra Protectora».
Gloria y Sacramental
La hermandad del Rocío de Dos Hermanas lleva cada año en su carreta una Virgen de Valme que camina con ellos hacia la Marisma. Además, su hermano mayor, José Antonio Alonso Cardona – «soy nazareno hasta la médula»-, vive intensamente esta festividad, también como hermano de Valme y recuerda que su abuelo, Antonio Alonso Madueño, falleció en 1985 con el número 1 de hermano y su padre lleva más de 60 años de hermano. «Durante los cultos nos vemos muchos hermanos comunes en la parroquia y es algo bonito. Después el día de la romería hay hermanos caballistas como José Manuel o Quisco que van con sus hijos y le inculcan así el amor por Valme y las tradiciones de nuestro pueblo». «Por motivos familiares falté dos veces pero le prometí a mi hija Carmen, cuando ella me preguntó por qué no íbamos, que ya no dejaríamos de ir mientras pudiésemos. Ella ya va con su reunión y yo con la mía, pero acompañamos a la Virgen», asevera José Antonio.
El Rocío de Montequinto pernocta el día de su salida en romería en la Ermita de Cuarto, desde hace dos años, que hace camino propio una vez que alcanzó el título de hermandad. Su hermano mayor, Alberto Jiménez, afirma que «nosotros vivimos octubre en primavera y ahora compartimos los actos que organiza Valme. Poco a poco estamos más cerca en la Fe y el espíritu mariano».
La hermandad Sacramental tiene al frente a Alberto Díaz Cardona quien sostiene que «en Dos Hermanas, como se suele decir, todos somos de Valme. No es un tópico, sino una realidad. Cada uno pertenece a una hermandad. Sin embargo Valme, durante el año y sobre todo llegado octubre, aglutina a toda Dos Hermanas en su entorno, durante estos días todos somos de Valme y la acompañamos en el día de su Romería dándoles gracias por poder acompañarla un año más, ofreciéndole nuestras oraciones, promesas y viviendo este día con alegría junto a nuestros familiares y amigos en reuniones de carretas o galeras. Valme en definitiva es para todo el que se sienta nazareno esa luz que siempre está encendida en la Capilla Sacramental de Santa María Magdalena que siempre nos espera y a la que acudimos para que nos ilumine nuestro diario caminar».
Las hermandades de Santa Ana, Humildad y Pilar y Tres Caídas participan de los actos que prescriben sus Reglas con otras corporaciones; de la ofrenda floral que organiza el Consejo de Hermandades; y del acto de la juventud.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete