Tras la Macarena, se sitúa en mayor aportación la hermandad de San Gonzalo, con 6.000 euros; la de Jesús Cautivo y Rescatado del Polígono San Pablo, con 5.050 euros; la del Cachorro, con 5.000 euros; la hermandad del Rocío de Triana, con 4.367 euros; Pasión, con 3.952; la del Amor, con 3.521 euros; los Gitanos, con 3.500 euros; y la Paz, con 3.000.
Otra partida es la del dinero que las hermandades han aportado al sostenimiento del Seminario. Aquí se han experimentado otras subidas: 106.428 euros por los 88.165 de 2022, y 39 hermandades, cinco más que en el ejercicio económico inmediatamente anterior.
Las que mayores cantidades han aportado para colaborar con el seminario han sido la hermandad de la Caridad, con 9.375 euros; la de Veracruz de Brenes, con 7.774 euros; el Gran Poder, con 6.084 euros; El Silencio, con 6.000 euros; San Benito, con 5.000 euros; el Baratillo, con 4.080 euros; la Veracruz, con 3.795 euros; y la Amargura, El Cachorro y la Virgen de Setefilla, con 3.042 euros cada una.
Monseñor Saiz Meneses ha agradecido esta contribución de las hermandades a la Iglesia diocesana, y ha clausurado el acto con un dato preocupante: «La pandemia ha servido para que las distancias entre ricos y pobres se amplíe». Frente a esta realidad, «la Iglesia debe mantenerse fiel a la esperanza y la alegría a la hora de presentar su mensaje».
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