ENTREVIRALES
El Soberano más poderoso en el Lunes Santo de la marmota
La estampa del Señor del Soberano Poder de San Gonzalo, en su cincuentenario, fue extraordinaria en una jornada en la que llueve sobre mojado

A esta es
Hay puristas que reclaman las túnicas bordadas, las potencias y las coronas de espinas a los Cristos. Y tienen razón. Al mismo tiempo piden que sólo el Señor del Silencio lleve la túnica blanca porque así lo vistió Herodes. San Gonzalo llegó a incluir en ... reglas que debía ir con una morada y hasta ha tenido que pedir una dispensa para que el Soberano fuese ayer más poderoso que nunca en su cincuentenario. La imagen fue extraordinaria en todos los sentidos.
Lunes Santo
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El himno de la UME. A la Semana Santa ya le entra todo en el éxtasis de la innovación. El campo está abierto. Hay petaladas a la nada, chillidos extemporáneos o marchas que parecen la banda sonora de una telenovela turca. Hemos aceptado las salves cantadas como normalizamos que un coro como el de Julio Pardo le cantara a los pasos (con mucho gusto, por supuesto). Ahora tendremos que acostumbrar el oído porque el himno de la UME en San Pablo, desgraciadamente, ha llegado para quedarse.
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Siempre Arahal. Las agrupaciones vuelven a estar de moda. Tras el descalabro en los 90, su regreso a Montesión, Jesús Despojado o al Cautivo confirmaron que estaban de vuelta. Sólo faltaba que regresase a Sevilla, más allá de en San Julián, la madre y maestra, la heredera de la Guardia Civil que salía cada día de la Semana Santa de nuestros recuerdos. Por eso, escuchar a Arahal ayer tras el misterio de San Pablo tiene que ser el primer paso para confirmar su alternativa de nuevo en Sevilla..
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La soledad del Cautivo. Sonaba 'Alma de Dios' por la Plaza Nueva y se alejaba caminando el Cautivo, que es una llamada a la melancolía con el principal icono de la devoción en los barrios. La niña preguntaba por qué iba solo. «¿No tiene amigos, papá?». «Sí los tiene, hija, pero tienen miedo y lo han abandonado». El cielo, que se volvía del color de los capirotes, le auguraba un regreso truncado, que acabó con un encuentro con la Buena Muerte en la Universidad y una vuelta al Tiro por el camino más corto.
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El radar de Portugal. Todo es incierto en esta Semana Santa cogida con alfileres. Las cofradías tuvieron ayer otro problema añadido en las primeras horas de la tarde: el radar de Portugal no funcionaba. Porque ya no llamamos sólo al primo que se va a Matalascañas para saber cómo viene el cielo por Huelva, sino que queremos saber cómo vienen las nubes por el Cabo de San Vicente. Algún hermano mayor tuvo que tomarse una Valeriana cuando leyó eso de 'Informaçao não disponível'.
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Sillitas en los cruces. Les da igual. Por más grandes que pongan las señales siguen sin verlas o, directamente, son incívicos. Allí plantan sus sillas en primera fila para ver pasar una tras otra bloqueando el paso. Ayer el cruce de Rioja era una tribuna de los pobres a la hispalense. Vieron el Polígono, Santa Genoveva, San Gonzalo y esperaban ver también las Aguas y las Penas. La Policía sigue mirando para otro lado.
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Llueve sobre mojado. Desde la pandemia, en cuatro años, el Lunes Santo se ha mojado tres veces. A diferencia del Viernes Santo, que es el que tiene el sambenito, por lo menos en esta jornada tenemos garantizado que veremos cofradías porque hay varias a las que la lluvia no las amedranta. Las escenas de los capotes sobre las imágenes se repiten demasiadas veces, hasta el punto de que hay quien -con toda la guasa- recomienda bordarlos. Ayer, eso sí, la decisión de las primeras fue la lógica.
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Rocío. Salió la Virgen al son del flautín y el tamboril. La marcha de Vidrié se interpretó en la Campana porque es la única y verdadera banda sonora de este palio, que ha ganado con la Cruz Roja un repertorio de mucha más calidad. Fue el Lunes Santo de 'Rocío'. Porque así lo quiso el tiempo. Porque es el año de su coronación. Y porque a esta hermandad siempre se le llamó así hasta que tomó auge el paso de misterio.
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El triángulo. El barrio de San Vicente es el contraste de una jornada que empieza con la algarabía de los barrios y los grandes misterios con cambios. La gran pena del Lunes Santo fue que la jornada expiró con la decisión del Museo a las nueve y media de la noche. No hubo tampoco estación de Vera Cruz con el Lignum Crucis, un recurso que se quiso repetir en 2022 y que tampoco pudo ser este año. Nos perdimos el triángulo de la sobriedad y el canon del buen gusto que forman las tres cofradías.
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El Museo como antaño. No pudimos disfrutarlo en la calle pero la priostía recreó por sus 450 años dos estampas antiguas. La primera es de 1964, la de las postales del Escudo de Oro, para exornar los pasos evocando la Semana Santa yeyé, la de los montes con flores salteadas y las flores multicolor. Ayer, la estética de la Virgen era la de su primera salida bajo palio en 1922, la de Antonio Amián. Sólo le faltaron las joyas prendidas del manto para que todo fuera como siempre fue.
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VR en los Gitanos. La web de 'El Cabildo' informó ayer de que los Gitanos habían advertido al Polígono que no los recibirían en la puerta del santuario, sino que se adelantaría con el estandarte. Dicen que querían evitar un 'concierto' de Virgen de los Reyes, con todo lo que supone el reencuentro de esta banda con el Señor de la Salud. Al final, como no podía ser de otra manera, le abrieron las puertas para que quedara refugiada.
Ahí queó

Cruz para las Aguas
A las seis de la tarde Santa Marta eligió no tirar la moneda al aire. El riesgo de lluvia es siempre inasumible para la hermandad de San Andrés, que pasa por ser la más conservadora de la Semana Santa. Al mismo tiempo, la junta de gobierno de las Aguas debatía qué hacer con un pronóstico tan poco halagüeño. Hubo informaciones contradictorias desde el interior porque la decisión no fue unánime. En el último año de la junta tiró la moneda con un cielo absolutamente plomizo y le salió cruz. Esperó a sacar el palio para regresar.
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