«Hasta el mismo Rey de España»: una década de la visita de Felipe VI a la Semana Santa de Sevilla
El monarca estuvo el Lunes Santo de 2015 en la capital hispalense y pudo ver en la Plaza de España al Cautivo de Santa Genoveva, así como en la Campana al palio de San Pablo y a la Redención
Contempló los pasos del Museo en la capilla y la salida de Santa Marta desde dentro de San Andrés
Mirada real, por Javier Rubio

La primera Semana Santa de Felipe VI como Rey quiso vivirla de primera mano viniendo a Sevilla un Lunes Santo. En concreto, fue un 30 de marzo pero de hace diez años cuando el monarca acudió por la mañana a un acto en Persán ... por los 75 años de la compañía y luego se quedó a ver cofradías hasta bien entrada la tarde. Había que remontarse a los años ochenta, cuando Juan Carlos I, la Reina Sofía, las infantas y el heredero estuvieron en la capital hispalense contemplando cortejos como el del Cachorro el Viernes Santo en la plaza de San Francisco.
En esta ocasión, el Rey vino sólo pero se empapó de un día de Semana Santa en Sevilla viendo pasar primero desde la Torre Sur de la Plaza de España al Cautivo de Santa Genoveva y a la Virgen de las Mercedes. Felipe VI se asomó a la balconada adornada para la ocasión junto a la entonces presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido; o el presidente del Consejo de Cofradías, Carlos Bourrelier. Era una jornada luminosa en la que cuando el público se dio cuenta de que el Jefe del Estado estaba viendo pasos, las cámaras dejaron instantáneas muy curiosas como la de la 'llamá' al paso de Rey al palio de la dolorosa del Tiro de Línea.
A Felipe VI lo avisaron de que la cofradía presidida por aquel entonces por Javier Bonilla quería que llamara a los costaleros del palio. Bajó de las dependencias y caminando entre el público, se acercó a la delantera del paso y cuando dio la orden el capataz, llamó al martillo entre las palmas de los allí congregados.
Tras ver Santa Genoveva, se dirigió a la capilla del Museo. A la cofradía le quedaban aún varias horas por salir pero el Rey conoció todo el cortejo dispuesto a falta de los nazarenos, costaleros, monaguillos y acólitos. Alfonso Gentil y los miembros de la junta de gobierno recibieron a Felipe VI y le mostraron los pasos de la hermandad a pocas horas de iniciar la estación de penitencia. Le enseñaron al Cristo de la Expiración en su portentoso paso y a la Virgen de las Aguas bajo el palio y con todo dispuesto para la salida. El monarca firmó en el Libro de Honor de la corporación y posteriormente, aceptó ser Hermano Mayor Honorario de la cofradía, algo que aún se recuerda con un azulejo en la capilla.
Visita 'no programada' al Santo Entierro
Como curiosidad, hubo una visita del Rey que no estaba programada pero que sí se realizó como fue al Santo Entierro. Tras salir Felipe VI de la capilla del Museo, comenzó un paseo triunfal por la plaza y la calle Alfonso XII hasta la plaza de la Campana, donde ya estaba discurriendo la cofradía del Cautivo de San Pablo. No paraba de saludar a vecinos y foráneos que se querían hacer fotos con él mientras que en la iglesia de San Gregorio, el hermano mayor de la corporación del Sábado Santo, José María Font, y algunos miembros de su junta, se juntaron en el templo para salir a las puertas del mismo y recibir al monarca con el estandarte y varas.
Al verlo, la comitiva del Rey entró en la iglesia y Felipe VI pudo ver de cerca al Cristo Yacente porque aún no había sido trasladado al paso de la Urna, un culto que se desarrolla en el mediodía del Martes Santo. Font le comentó que había mucha relación de la hermandad con la Casa Real y que el monarca siempre había sido Hermano Mayor Honorario. También, le explicó la iconografía del paso del Triunfo de la Santa Cruz, alias 'La Canina' y del Duelo.

Tras la despedida del Santo Entierro y en compañía del comunicador Carlos Herrera, el Rey fue ovacionado en la plaza del Duque y en la Campana, donde iba a presidir el paso de algunos cortejos. Los nazarenos del Cautivo de San Pablo avanzaban a duras penas porque esperaban que el monarca pudiera contemplar el palio de la Virgen del Rosario mientras que el hermano mayor obsequió a Felipe VI con su medalla para que la portara mientras el paso se acercaba al 'palquillo'.
Llamó a los costaleros de nuevo y tras la titular, llegaron los nazarenos de la Redención. En ese momento, las autoridades se sentaron en el 'palquillo', lugar donde no cabía un alfiler porque junto al Rey se sentaron todas las autoridades posibles. Felipe VI no paró de recibir estampas y Juan Manuel Serrano pudo captar algo que su abuelo recogió para la Historia como fue las impresiones entre un monarca y un nazareno.
El Lunes Santo de 2015 fue entre el actual Rey y los pequeños nazarenos venidos desde la iglesia de Santiago y la de hace más de un siglo, fue entre Alfonso XIII y un nazareno de la Carretería en el palco del Ayuntamiento de Sevilla de la plaza de San Francisco. Hubo muchos detalles en el rato que pasó Felipe VI en el 'palquillo' charlando con los más pequeños o con abonados de la Campana conociendo más detalles de la Semana Mayor hispalense.

También, uno de los momentos más impresionantes fue cuando llegó el palio de la Virgen del Rocío y le cantó una saeta el ursaonense Manuel Cuevas con un final que nadie esperaba: «Orgullo debes tener / Rocío de mis entrañas / que a ti te venga a ver / hasta el mismo Rey de España». Ante eso, hubo una ovación en la plaza al mismo cantaor que le había dedicado una letra en 2013 a la Macarena también en la Campana.
La salida de Santa Marta, vista por el Rey
La última parada del Rey antes de marcharse de Sevilla fue en la parroquia de San Andrés. Felipe VI observó desde el presbiterio, en el interior del templo, la salida de Santa Marta. Fue recibido en la sacristía por el párroco, Jesús Maya, y el hermano mayor de la corporación, Isidro González. Allí, el máximo responsable de la cofradía en 2015 pronunció unas palabras de agradecimiento dirigidas al propio Rey, donde incluyó una breve descripción de la hermandad y de los momentos previos a la estación de penitencia.

Tras la firma de Felipe VI en el libro de honor, la corporación anunció a todos los nazarenos la presencia del monarca en el templo. Seguidamente, el diputado mayor de gobierno le solicitó la venia para abrir las puertas de la iglesia e iniciar la estación de penitencia. Sonaban cánticos penitenciales, «siendo atentamente observado en todos sus detalles por el monarca», según contó más tarde Santa Marta en el boletín. Cuando el paso se levantó por primera vez, el Rey fue acercado a las andas donde recibió las palabras del capataz, Manuel Villanueva Granados.
Más tarde, presenció el giro del misterio dentro del templo hacia la puerta y la salida de éste hacia la plaza de San Andrés seguido del cortejo de hermanos penitentes con cruces, hasta el último de los cuales estuvo contemplando Felipe VI desde la nave principal de San Andrés. Así finalizó la única visita que ha hecho el Rey a la Semana Santa de Sevilla, algo que no se ha vuelto a repetir desde aquel Lunes Santo de 2015.
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