Dávila Miura, sobre la gestión de la junta de la Macarena: «Tuve la sensación de que había gente que pensaba más en noviembre que en la Virgen»
El que fuera teniente hermano mayor de la corporación, que ya manifestó su intención de no presentarse como primer espada, reflexiona sobre el proceder en la fallida restauración de Arquillo
Dávila Miura renuncia a su candidatura a hermano mayor de la Macarena: «No tengo crédito ninguno para presentarme»
Sevilla
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Iniciar sesiónEduardo Dávila Miura ha admitido públicamente este martes en una entrevista concedida a la Cadena Ser que junto a su dimisión como teniente hermano mayor de la hermandad de la Macarena está implícito su deseo de no concurrir finalmente a los comicios de la ... corporación de la Madrugada, todo ello a razón de la polémica suscitada por la restauración de la Virgen de la Esperanza, que justo esta tarde se despedirá de todos los macarenos en un espacio que se espera no sea menor a tres meses con el fin de que sea sometida a la restauración tan esperada de manos de Pedro Manzano. El que fuera teniente hermano mayor ha reconocido que tuvo la sensación de que tras desatarse la crisis «había gente que pensaba más en noviembre que en la Virgen», afirmaba, por las elecciones que están relativamente a la vuelta de la esquina.
Entretanto, y mientras la Virgen de la Esperanza accede a la primera fase de esta restauración sometida a un tratamiento contra xilófagos mediante el sistema Samitech Smart Anoxia, gracias al cual se podrá continuar la hoja de ruta ya establecida por Manzano y el IAPH, Dávila Miura ha dejado algunos titulares interesantes relativos al peso que el órgano de gobierno ha asumido, parcialmente y no siempre a su tiempo tiempo ni a su forma, para depurar las responsabilidades por todo el problema. En uno de ellos, el que fuera teniente hermano mayor advertía que prevalecía el sentimiento de hermano por encima del miembro de junta. «Y sí es verdad que por todo lo que he vivido y en consecuencia de mi forma de ser y entender las cosas, entendía que debía de dimitir por el bien de la hermandad, y porque creo que en el momento era necesario», comentaba en primer lugar.
Subrayaba Dávila Miura que se sentía igual de preocupado y apenado por todo lo ocurrido, pero esperanzado en que la decisión de que Pedro Manzano dibuje el camino correcto que debió pintarse mucho antes: «Todos estuvimos bajo estado de shock. Era muy difícil tomar decisiones, pero estamos mucho más tranquilos cuando fuimos con la Virgen al IAPH, cuando estamos con Pedro Manzano y la Virgen. La Virgen va a volver y mira: no hay mal que por bien no venga, todos los estudios de la Virgen serán un bien de futuro que tiene un peaje muy caro para los macarenos», aludía.
Una cuestión de desgaste
Se le preguntaba entonces desde la citada emisora al empresario por si echó en falta en los momentos más críticos la presencia del hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, y si lo que buscaba dejando su cargo era evitar un problema mayor a la junta entrante, a lo que Dávila Miura replicaba: «Había que asumir el error nuestro. Aceptarlo y que fuéramos, la junta, la responsable de lo que venía por delante. A José Antonio Fernández Cabrero le han venido en unas circunstancias muy complicadas con el tema de su mujer. Ocho años de hermano mayor desgastan mucho, porque desgasta a la junta de gobierno, porque yo lo he vivido. Y todos debemos asumir nuestra responsabilidad. Culpable no es ni Arquillo ni es nadie, y el error humano existe, en mi caso yo tenía claro por qué tenía que dimitir: me parecía un error que el día que la Virgen va a volver, no estuviera esa noche en Sevilla», deslizaba.
«Una vez que empieza el camino a andarse, donde creo que se toman decisiones muy complicadas, hay un momento en que yo percibo, no sé si con razón o no, que aún dentro de la junta, teniendo el problema más gordo de la historia de la hermandad, tuve la sensación de que había gente que pensaba más en noviembre que en la Virgen», así que lo mejor que puedo hacer por la hermandad es presentar mi dimisión y retirar mi candidatura, porque daba tranquilidad para que nos centrásemos en lo importante, que es la Virgen», apostillaba Dávila Miura.
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