GOTA A GOTA

Consolación. Una misma virgen y tres rostros distintos.

La hermandad de la Sed llegó a plantear en los 90 encargar una imagen a Álvarez Duarte ante la poca expresividad y la policromía tan plana de la imagen de Dubé de Luque

La Virgen primitiva y la que resultó de la remodelación de 1975 FERNAND

De los varios procesos de remodelación que han experimentado las imágenes, el más cercano en el tiempo quizá haya sido el de la Virgen de Consolación, una imagen contemporánea de 1969 a la que su mismo autor Antonio Dubé de Luque ha transformado en dos ... ocasiones. La Virgen de la Sed es la primera obra del imaginero. En 1969 se la encargan para la cofradía que se estaba gestando en Nervión. El párroco, Antonio Calero nació en Bollullos y quizá por ello pidió al artista que hiciera una virgen frontal con la mirada baja como la patrona de Almonte. El 31 de mayo la imagen llega a la parroquia de la Concepción. A los pocos días es sometida a una primera intervención para colocarle bien las pestañas como recuerdan los más antiguos de la hermandad.

La Virgen -según el testimonio de hermanos- no gustó. Tenía un rostro de facciones endurecidas y los defectos propios de las «operas primas» de un autor. Por eso pocos años después, en 1975 se la entrega a Dubé para que la intervenga. Cuando llegó en el mes de septiembre parecía otra. Pero era la misma. Una camarera, Doña Estrella le hizo una cruz en la espalda para comprobar a la vuelta que se trataba de la misma imagen. Y la cruz estaba donde la mujer la puso. En esta intervención el imaginero utilizó gubia, aparejos y nueva policromía para dulcificar los rasgos incluso los volúmenes de la parte inferior de la cara. Cuando en septiembre regresa la imagen la impresión general fue muy buena.

¿Hacemos otra Virgen?

La Sed ya era en 1991 una hermandad de Miércoles Santo. La configuración del cortejo estaba transformándose al patrón de una cofradía de barrio. Con Manuel Rojas recién llegado como hermano mayor se plantea la revisión de las dos tallas. Álvarez Duarte lo hace con la suya, con el Cristo de la Sed al que le patina el cuerpo, le añade más regueros de sangre y le pinta unos nuevos ojos de color miel. Pero con la imagen de la Virgen había dudas. Tanto que se pone la mirada en las que estaba haciendo Duarte -entonces en una de sus mejores épocas- para calibrar si se le encarga una dolorosa. A la actual le notan poca expresividad y un modelado plano. Estas ideas le llegan a Dubé de Luque que según testigos presenciales lo llega a pasar muy mal solo con pensar que le podían retirar a su imagen. La junta sin consultar al cabildo de hermanos y solo con la autorización de Palacio para una restauración le da otra oportunidad y entrega la imagen a su autor.

Verano de 1991

Dubé de Luque se lleva la imagen a su chalé de Gerena. Allí comienza a macarenizar a la Virgen reduciéndole los párpados, abriéndole los ojos y policromándola otra vez. El resultado es el de una dolorosa muy diferente. En el mes de septiembre se traslada a la parroquia para sus cultos. Quienes la reciben no la reconocen. Y para evitar que surja la controversia montan un altar de cultos altísimo para que no se pueda percibir la metamorfosis que ha experimentado la imagen. José Ramón Paleteiro la tiene que vestir hasta dos días seguidos ante la desazón provocada. En las semanas posteriores denuncias a Palacio, mucha polémica en la hermandad en incluso añoranzas actuales de hermanos de entonces que vieron como su Virgen se fue y no volvió más.

La actual Virgen de Consolación. DANIEL VILLALBA

Dubé con la imagen en la última intervención del año 2013 DANIEL VILLALBA

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