Pasión en Sevilla
Las claves de la Madrugada de la Semana Santa de Sevilla
José F. Peláez, Antonio Cattoni, José Gómez Palas, José Antonio Rodríguez, Fran Piñero, Javier Comas, José Manuel de la Linde, Esteban Romera, Julio Mayo, Francisco J. López de Paz
Sevilla
Madrugada de la Semana Santa de Sevilla 2023, en directo
Itinerarios y horarios de la Madrugada de la Semana Santa de Sevilla 2023
Hermandades y cofradías de la Madrugada del Viernes Santo
José F. Peláez
Esperanza en silencio
También hay una forma castellana de mirar a la Esperanza. Es una forma respetuosa y prudente, nace de la admiración callada y sucede en un segundo plano, en los rincones del fondo, allá donde nadie mira, como si supiéramos cual es nuestro lugar y no ... quisiéramos molestar a Sevilla. Conozco bien esa forma de mirar desvaneciéndote porque me acompaña desde niño. Es una mirada que nace como un lamento y muere como un secreto. En el verano de 1970, cuando mis padres atravesaban los puertos de 'El Ronquillo' y 'La media fanega', tuvieron un accidente grave. Mi madre se encontraba embarazada de mi hermana y se temieron lo peor. A pesar de todo, fueron capaces de llegar al hospital y, tras un reconocimiento de urgencia, los médicos la obligaron a mantener reposo absoluto. Mi madre obedeció, pero primero desobedeció y se fue a los pies de la Macarena a pedir esperanza a la Esperanza, a rezarle desde una esquina y a rogar a la Madre por la niña, con los ojos rojos y los brazos dormidos de tanto sostener un vientre entre el miedo y el misterio, intentando acunar una vida entre interrogaciones.
Un mes después nació Mónica Esperanza, sana, feliz y maldiciendo las curvas de la Sierra Norte. Pero algo de esos días se quedó para siempre dentro de mi familia, luego se transformó en agradecimiento y ahora late en los que llegamos después. No hay una ocasión en la que yo me encuentre en Sevilla y no me pase a saludar. Pero por más que la miro, no puedo sentir pena. Yo no veo dolor en la Dolorosa, solo esperanza, calma y victoria de la fe. No consigo colocarme en la posición de compasión y de consuelo a una Madre que acaba de perder a su Hijo sino en la de la alegría contenida de una niña —que es mi hermana— que ha ganado una madre —que es mi madre—, una vida y una deuda eterna con esa que llora para que nosotros vivamos.
Hace años que no la veo en la calle, pero, si lo hiciera, sería de nuevo desde la esquina del final, allí donde me han enseñado a estar, callado y sin molestar. Allí donde la sombra le haga compañía a la luz. Y mi silencio los coros a Sevilla.
La foto del día
El Gran Poder por el Baratillo
De la cruz de forja que dio nombre a todo un barrio, al Señor que Mesa talló junto a la puerta del Sol. Dos puntos cardinales de la ciudad, totalmente opuestos, que la historia unirá en esta Semana Santa. Estamos en el siglo XVII.
Hoy, casi 400 años después, uno de los grandes cambios de la Madrugada hará posible este encuentro con el regreso del Gran Poder a su basílica. El esfuerzo que lleva realizando esta hermandad desde 1967, volviendo por el barrio del Arenal, se verá incrementado unos metros por las calles Adriano y Santas Patronas. Este hecho traerá consigo una estampa absolutamente inédita: el Señor, ante la capilla del Baratillo, convirtiéndose en la única cofradía que no es de Triana que pasa ante este templo.
Será un momento muy especial para la corporación del Arenal, precisamente cuando Sevilla ya conoce que la Piedad será coronada en 2024. Cosas del destino y un momento más para recordar de esta Semana Santa cargada de novedades.
Detalle Histórico
¿El último año de la Concordia?
El colapso y los desacuerdos de hermandades de esta jornada vienen a poner de actualidad aquella histórica concordia suscrita en el año 1903 entre las hermandades del Gran Poder y la Macarena, por la que se convino que esta última hermandad cediese su puesto a la de San Lorenzo para que le antecediese en la estación hacia la Catedral, a fin de evitar que ambos cortejos volviesen a cruzarse y entorpecerse en la calle. El mítico acuerdo impulsado entonces por el propio cardenal Spínola no impidió, sin embargo, la reiteración de conflictos e incidentes como el acontecido entre estas dos hermandades en 1912, a la altura de la ya desaparecida Punta del Diamante. Con el paso del tiempo, el Gran Poder se vio obligado a cambiar su recorrido de vuelta, tras el caos de la Madrugada de 1966, dando el rodeo por el Arenal, como solución a un problema que nunca quedó restañado y que algunos sugieren solventar con el incumplimiento de esta concordia.
lo recuperado
El semblante de la Esperanza
Radiante, jovial, más arrebatadoramente bella, si cabe. Así regresaba el pasado 29 de octubre la Virgen de la Esperanza de Triana a la capilla de los Marineros después de permanecer 143 días sometida a los cuidados del restaurador Pedro Manzano Beltrán en una habitación de las dependencias de la casa de hermandad en la calle Pureza. Una intervención que se había hecho ya necesaria para garantizar el perfecto estado de conservación de la talla y sobre cuyo resultado se levantó una gran expectación.
El indiscutible peso devocional de la imagen ha marcado mucho un trabajo que ha consistido en una consolidación estructural del cuerpo, un tratamiento sobre la policromía, la ampliación y mejora de los sistemas de protección de la encarnadura (corpiño, gorro y muñequeras) y sustitución de elementos funcionales (brazos, candelero, sujeción de la corona). Todos los estudios científicos aplicados sobre la imagen han valido para saber que la Esperanza es una talla del siglo XVIII por los ingredientes hallados en la policromía más antigua detectada.
lo nuevo
Triana en la Plaza Nueva
Uno de los mayores atractivos de la próxima Madrugada será ver los pasos de la Esperanza de Triana discurriendo por la Plaza Nueva. Este cambio de itinerario nace de la necesidad de dar más metros a la cofradía para meter al cuerpo de nazarenos entre la carrera oficial y la calle Santas Patronas, por donde va a cortar la hermandad del Gran Poder, a la que hay que dejar pasar.
Pero la Esperanza de Triana, de la necesidad y el sacrificio hará virtud porque este rodeo va a propiciar un nuevo y atractivo escenario para la cofradía: la Plaza Nueva. Este lugar es espacioso, por lo que puede albergar una gran masa de público. Además, posee dos grandes rectas y tres revirás donde los pasos, a buen seguro, buscarán el lucimiento.
Hay quien habla de una 'primera Campana', de 'la Campana de los pobres', o 'la Campana del pueblo', porque no habrá sillas ni se pagará por ver. Ojo a la Plaza Nueva.
lo eterno
El Calvario con la primera luz
Hay un momento casi místico en cada Madrugada que es difícil no atesorar: el paso de la frenética noche a la mañana en calma. Esos primeros instantes de luz, aún a falta de que el sol corone el cielo, son un bálsamo que atrapa a los ojos cansados y, al mismo tiempo, una pátina efímera para las imágenes a las que 'baña'.
Se puede experimentar en varios puntos de la ciudad, aunque la Catedral vela el efecto en casi la mitad de la nómina que, en esos momentos, aún recorre Sevilla. De hecho, cuando se da este crepúsculo pocos metros quedan para que la obra cumbre de Ocampo llegue a la Magdalena. Contadas chicotás regidas por un tiempo en duermevela que activa la cuenta atrás para la siguiente estación de penitencia.
La eternidad reside en la recogida del Calvario, cuando el fulgor de los hachones ceden el protagonismo a los caprichosos tonos del alba y la candelería de la Virgen de Presentación muestra la merma de la penitencia vivida… año tras año.
El sonido
'La Saeta'
En la jornada más universal de cualquier Semana Santa, la Madrugada sevillana, los silencios y la música procesional son excelencia, al igual que en otros aspectos. La dualidad en esta temática se presenta con hermandades como el Silencio, el Gran Poder o el Calvario en contraposición a las de la Macarena, la Esperanza de Triana o los Gitanos. Son muchas las singularidades musicales con amplios y cuidados repertorios, pero la interpretación de 'La Saeta' de Juan Manuel Serrat tras el paso de Señor de la Salud tiene algo realmente especial. Además, en un año en el que el cantautor catalán se ha retirado de los escenarios. Aunque suene esta adaptación de la música de Serrat en otras cofradías, es aquí tras el Nazareno de Fernández-Andes donde la emoción no tiene límites. Estos sones son el complemento perfecto para su compás pausado, que se ralentiza todavía más cuando llega a la plaza de la Campana.
el rito
Por el camino más corto
Para salir a ver cofradías hay que saber llegar por el camino más corto. Hay que geolocalizar mentalmente los puntos de interés de cada una de las jornadas. Quizá la prueba de fuego sea la de la Madrugada del Viernes Santo. Saber llegar al lugar deseado es una capacidad que desarrollan de forma natural los pocos sevillanos que viven o frecuentan las zonas en que las cofradías han tejido la invisible tela de araña de sus influencias. Otros aprenden a moverse a base de un concienzudo entrenamiento en el que a veces los programas de mano adquieren la importancia de un libro de texto.
Por lo dicho anteriormente, la necesidad de tomar el camino más corto (de todos los posibles) es una de las más importantes en esa Torá que determina las facetas de la vida capillita, pero proviene de las reglas que los cofrades se han dado a sí mismos: es el camino que tienen que tomar los primitivos de San Antonio Abad. Dentro de la capilla del Santo Crucifijo, un bosque de sombras custodia a Jesús Nazareno y a la Virgen. Al ingresar creen algunos ser víctimas de alucinaciones ergóticas, como las que en otro tiempo se curaban entre estos muros. Tras el fervorín que invita a los hermanos a imitar al Dulcísimo, el señor secretario leerá a nómina completa… '¡Está!'.
Para revisar
Las acampadas
La Madrugada es un momento complicado. Es la jornada más atractiva que congrega a propios y a extraños. Hay gente de Palma de Mallorca que se coloca en las puertas de la capilla de los Marineros a las 11 de la mañana para ver salir a la Esperanza. Junto al Arco también se congregan personas que desde el mediodía del Jueves Santo se ponen a esperar. Por la tarde esas concentraciones, por puro cansancio, se convierten en sentadas que asemejan la Semana Santa a un concierto de un ídolo pop. Es lógico que la gente, cuando lleva horas esperando, se canse. Pero la exageración o una desaforada afición más que devoción son las que provocan estas estampas que encuentran su peor versión a lo largo de la calle Pureza y en el recorrido de ida de la Esperanza de Triana, convertidos en sentadas impropias de la celebración. Hay tiempo para todo. No hay que exagerar nada aunque haya gente a la que le encante exhibir sus pasiones comportándose así.
fíjese en...
La felicidad de los armaos
Fíjese bien cuando estén llegando a la Campana. O mejor aún, cuando vuelvan por Feria ya de amanecida. Llevaran horas de recorrido pero la sonrisa nunca se habrá borrado de su cara. Y además esa sonrisa de los armaos es contagiosa. Lo ha comprobado el cronista cuando pasan ante el micrófono. Porque además cura: es medicina para aquellos niños que ni siquiera saben cómo luchan por su vida desde la cama de un hospital. Es la firma inconfundible del capitán, Fernando Vaz, cuando va a casa a recogerle su teniente y es alivio de su carga para el Señor de la Salud cuando la centuria acude a saludarlo a su mismo santuario. Ellos, mar de espumas blancas en la noche, son conscientes de su cometido durante este tiempo y eso les hace grandes: escoltar al Señor de la Sentencia. La ilusión que transmiten por Sevilla vuela como una mariposa para contagiarse y se ha posado en la comisura de la Virgen de la Esperanza.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete