A REALCE
De cerámica y nácar
La corporación del Domingo de Ramos ha presentado a su dolorosa con toda la nostalgia de los pasados años sesenta
El 'museo' de Rodríguez Ojeda en Los Terceros
¿Está bien vestida la Macarena?
Si la impaciencia del cofrade se va haciendo patente cuando las priostías empiezan a montar los primeros pasos de la Cuaresma, directamente se desborda con estampas como la de La Estrella.
La corporación del Domingo de Ramos acaba de hacer públicas varias instantáneas ... con la Virgen ya en su paso y prácticamente preparada para la salida procesional. Tan sólo detalles como la corona o la ausencia de las mariquillas y del lignum crucis -que se le colocará en la mano derecha el día preceptivo- separan el resultado del que contemplará Sevilla el primer día de su inminente Semana Santa.
Una imagen que bien podría ser la que permanece inalterable en los retablos cerámicos del pintor Antonio Kiernam Flores para Cerámica Santa Ana que se encuentran incardinados en el arrabal. O la de la memoria de La Estrella más clásica, la del pollero ancho y la blonda y el encaje tan generosos como diestramente dispuestos en torno al nacarado rostro de María.
Un refugio a la luz de las velas
El altar de Quinario de San Bernardo es uno de esos ejemplos de intimismo pese al despliegue, de buen gusto para presentar a sus imágenes en el eje del calendario de la hermandad
Leandro González remata así unos cambios de atavío que le han situado en las últimas semanas como un valor en alza en el arte del vestir. De hecho, esta hermandad fue la primera de las grandes de la ciudad en confiar en el trabajo del cigarrero, como posteriormente ocurriera enSan Benito,Los Panaderos o Santa Cruz. Mención aparte para la Virgen de los Dolores que cierra el Martes Santo, que también está copando todas las miradas gracias al plus de expresividad que le ha brindado el vestidor.
Sin duda por una acertada senda que está siguiendo la Junta de Gobierno, la misma que le llevó a levantar un aplaudido altar de cultos en San Jacinto a comienzos de marzo.
Las recuperadas velas rizadas, el sabor añejo del palio de Rodríguez Ojeda y el esclarecimiento que ofrece la saya blanca de Paquili casi como una continuación del tocado -en el que han unido dos mantillas de blonda para replicar el aspecto de mitad de siglo pasado- terminan de aportar el fulgor a esta suerte de cuenta atrás gráfica en la que es imposible que la mente divague hacia precoces predicciones meteorológicas con tanto detalle que admirar.
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