Suscríbete a
+Pasión

SEMANA SANTA 2024

La cara más incívica de una Semana Santa desconocida

Un grupo de personas abucheó este Martes Santo al paso de misterio de la hermandad San Benito en la Cuesta del Rosario por no recrearse en exceso

Estos días se ha observado una masificación de gente por las calles, muy lejana a la bulla de toda la vida, que demostró no saber moverse por la ciudad

Descarga «El Programa de ABC» de la Semana Santa de Sevilla 2024 en PDF

Viernes Santo de Sevilla, en directo

Una de las bullas que se formaron en la salida de la hermandad de San Esteban RAÚL DOBLADO
Mario Daza

Mario Daza

Sevilla

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En los años de la Transición, en plena apertura del país hacia una modernidad desconocida, el sevillano Alfonso Guerra acuñó aquella frase de que «a España no la va a conocer ni la madre que la parió». Más de cuatro décadas después del nacimiento del mítico lema que abrazó el cambio político en el país, el espíritu de esas palabras podría aplicarse de lleno a todo lo que rodea a las cofradías sevillanas. La Semana Santa que estamos viviendo estos días en las calles ha cambiado por completo, es otra bien diferente. Habrá quién opine que ha mutado en un fenómeno mucho mejor que el que en su día heredamos de nuestros mayores; otros, por el contrario, ni siquiera se verán reflejados en ella. Pero luego está la realidad, el análisis objetivo de una fiesta en la que las bullas se han convertido en masificaciones sin rumbo, en la que el público sólo exige espectáculo y en la que hasta las decisiones controvertidas de las juntas de gobierno han abierto un debate sobre el abismo al que se dirigen las hermandades.

Es cierto que algunos de estos comportamientos no son hijos de nuestros días, más bien forman parte de una degradación silenciosa de la Semana Santa de Sevilla que se ha ido normalizando sin saber bien el motivo. Este Martes Santo ocurrió un suceso ciertamente lamentable que ejemplifica a la perfección la deriva del respeto a las cofradías. Un grupo de personas abucheó al misterio de la hermandad de San Benito cuando atravesó la calle Jesús de las Tres Caídas de regreso hasta su parroquia. No fue del agrado del 'exigente' público el hecho de que el paso abriera el compás y no se recreara como ellos esperaban. Se ve que alguien les había prometido un espectáculo callejero que no colmó sus expectativas. Es, sin duda, una muestra más de esa Semana Santa postmoderna que algunos pretenden teatralizar con tal de conseguir el vídeo perfecto que luego se viralice en Tik Tok y convierta al improvisado cámara en un influencer capillita.

Esas chicotás de catálogo con la que nos martillean en las redes sociales durante todo el año son las que parte del público que ha salido estos días a las calles esperaba encontrarse. Se ha notado en la poca Semana Santa que el tiempo nos ha dejando disfrutar hasta ahora, con una masa de gente que en nada se parece a la bulla de toda la vida y que se ha ido moviendo de un lado a otro de la ciudad en busca de esos instantes. Las dos noches que se han podido vivir, las del Lunes y Martes Santo, era alarmante el escenario dibujado en la ciudad. Jóvenes apostados en sillitas, sentados literalmente sobre el suelo bebiendo y compartiendo viandas en fiambreras, mientras esperaban el espectáculo de la cornetería. Para muestra, lo que sucedió el Martes Santo en la Plaza del Salvador, abarrotada para esperar el misterio del Dulce Nombre, y que se quedó a menos de media entrada para esperar al centenario paso de palio de San Lorenzo. Ellos que se lo perdieron.

Tampoco mejoró la situación el celo de la Policía Nacional con las vallas y los aforamientos de las calles del Centro. El Lunes Santo se cerraron al público la Cuesta del Bacalao, Francos o el entorno del arco del Postigo por el exceso de público. Ayer, Miércoles Santo, la vuelta apresurada del Carmen a la parroquia de Omnium Sanctorum reprodujo exactamente el mismo paisaje, algo más compresible por las lluvias que caían con demasiada frecuencia sobre la ciudad. Lo cierto es que la extraña Semana Santa de este año ha destapado la realidad de un gentío que se ha olvidado de cómo había que moverse en una bulla o que, simplemente, es que no sabe cómo hacerlo. Suma y sigue en unos días que, por encima de todo, no estaban para cofradías.

Habrá que esperar para ver cómo termina de comportarse esta Semana Santa, en la que la gran incógnita es si el tiempo permitirá ver nuevas hermandades en sus estaciones de penitencia. La Madrugá será otra prueba de fuego. Si salen cofradías habrá que ver si se mantiene la tendencia que ha hecho que los sevillanos desaparezcan de las calles a las dos de la madrugada y no regresen hasta la amanecida. Pase lo que pase, algunas voces autorizadas de la Iglesia y de la administración ya han empezado a plantear la necesidad de una reflexión a corto de plazo sobre el futuro de la Semana Santa. Va siendo hora de cambiar el «quillo, no veas qué guapo lo que acabo de ver» por el respeto que hizo de la de Sevilla la madre y maestra de las semanas santas.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación