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Crónica

El Cachorro es el quinto elemento

No cabía un alma en Triana este domingo para acompañar al Cristo de la Expiración en un viacrucis para la historia

El crucificado visitó a la Estrella en San Jacinto y a la Esperanza en su capilla 50 años después del incendio

El Cachorro, frente a frente con el Cristo de las Tres Caídas Manuel Gómez | Vídeo: Rechi
Javier Macías

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El Cachorro es la vida misma. En el modelo de Aristóteles, por encima de la tierra, del aire, del agua y del fuego está la quintaesencia. Lo más puro, que es la unción santa transfigurada en ese rostro humano que mira al paraíso. ... Ese «trono moreno de Judea» al que le han cantado todos los flamencos y los poetas es el éter del que hablaban los alquimistas. Nada puede con Él: ni la lluvia, ni el frío, ni el tiempo, ni las llamas que le abrasaron hace ahora medio siglo y que aún queman «a fuego fiero», como escribió Caro Romero. Cuando la tarde comenzó a ponerse negra, con nubarrones oscuros más allá del muro de defensa, y se levantó ese viento que se cala hasta los huesos, sobrevolaba ya el habitual sambenito de la simbiosis del Cachorro con la lluvia. Pero a la hora en la que la campana de la vieja capilla del Patrocinio tañó cinco veces, se abrió el cielo. El sol se reflejó en la cruz de carey que hace 50 años caminó entre sombras por un Zurraque devastado, abriendo paso a un viacrucis improvisado después del incendio que congeló al arrabal. Triana conmemoró el día en el que el Cachorro resurgió como un ave fénix, otro prodigio de la resurrección que sucedió el 26 de febrero de 1973.

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