La basílica de la Macarena, abarrotada de fieles para contemplar a la Virgen tras las intervenciones
Desde que abrió el templo, no ha dejado de pasar gente por el presbiterio para ver a la Virgen de la Esperanza en veneración
La hermandad guarda silencio acerca de la última intervención realizada a la imagen la pasada madrugada
La Macarena revierte la «desafortunada» restauración de la Virgen y la pone en veneración
Las cuatro caras de la Macarena en una semana

La expectación en la basílica de la Macarena era enorme este domingo por la mañana. Después de la controversia y el sufrimiento generado entre tantos hermanos por la restauración y el posterior retoque de la Virgen de la Esperanza, la imagen amanecía nuevamente intervenida para revertir las anteriores labores a las que había sido sometida.
La hermandad tiene a su titular expuesta en veneración en el presbiterio de la basílica hasta el martes para que todos los fieles puedan contemplar de cerca a la imagen y tranquilizarse, eso sí, sin aclarar en ningún momento que se había tocado a la Virgen por tercera vez en menos de 24 horas.
El templo abrió a las nueve y media de la mañana, y la misa dominical de las diez estuvo abarrotada de personas que no sólo querían escuchar la palabra de Dios, sino también reencontrarse con una devoción tan universal como la Macarena y cerciorarse de que se ha revertido la polémica restauración que ha quitado el sueño esta noche a tantos cofrades. Con la basílica llena, fuera se congregaba un buen número de fieles esperando al término de la eucaristía para poder pasar ante la Virgen.
Silencio en la hermandad
Otros que no deben de haber pegado ojo son los miembros de la junta de gobierno después de la caótica jornada del sábado y tras una noche deshaciendo los cambios realizados sobre la imagen. Sin embargo, ninguno quiere por el momento hacer declaraciones al respecto hasta que «tengamos todos los informes e información», como ha comunicado a este periódico. Tampoco el profesor Arquillo, cuyo equipo es responsable de la primera intervención a la Virgen de la Esperanza. El restaurador sigue prefiriendo guardar silencio.
Sevilla acude en masa a la Macarena
Si el sábado por la tarde había una boda en la basílica -y también un concierto de música sacra africana-, este domingo era un coche fúnebre el que aguardaba a que terminase la misa para oficiar un entierro. La vida no se detiene en la Macarena, cuyo templo permanecerá abierto ininterrumpidamente durante toda la jornada, y la veneración se mantendrá durante el lunes y el martes, esta vez sí con el habitual cierre de puertas al mediodía. El reguero de personas circulando por los alrededores del atrio es incesante incluso a pesar del calor, y las colas para pasar por el presbiterio llegan hasta la muralla, como si del besamanos de la Virgen se tratase.
Entre el personal encargado de la hermandad que por allí transitaba durante la mañana se pudo escuchar que «en cuanto le dé un poquito el humo de las velas... o solamente con el polvo de entrar y salir la gente, ya coge su color». Los preocupados fieles y devotos de la imagen, sin embargo, llegaban con una mayor cautela después de los insólitos sucesos que se han vivido este fin de semana en la Macarena. Algunos han salido mucho más aliviados y otros permanecen reticentes y algo confusos acerca de todo lo que ha ocurrido.
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