El último paso que queda para que comiencen los trabajos sobre la Virgen de la Esperanza es contar con el permiso del arzobispado. Aunque en este caso se trate de un mero trámite, es el procedimiento habitual cuando las labores a las que se va a someter una imagen van más allá del mero mantenimiento para ahondar en la talla y realizar una restauración. Una vez se dé oficialmente luz verde desde Palacio, la hermandad sólo necesita que el profesional elegido para los trabajos, en este caso el conservador Pedro Manzano, dé comienzo a los mismos.
La restauración se llevará a cabo a lo largo de tres meses «si se cumplen los objetivos», como especificó el propio Manzano en la noche del cabildo extraordinario. La fecha límite que se marcan desde la corporación para que la Macarena esté de vuelta es mitad de diciembre, cuando se celebrará su anual y multitudinario besamanos en torno a la festividad de la Expectación de María, el 18 de diciembre.
Posibles plazos y fechas
Por ello, teniendo en cuenta las fechas, la intención de la actual junta de gobierno, que termina mandato en noviembre, es que la restauración comience lo antes posible, de forma que la Virgen de la Esperanza pueda ser retirada del culto en un plazo no superior a un mes. Si la intervención comenzase en la segunda mitad de agosto, fuera a buen ritmo y se cumplieran los tiempos, la imagen podría estar de vuelta para las elecciones del próximo mes de noviembre.
No obstante, entre los macarenos no hay prisas por la finalización de estos trabajos, prefiriéndose que se realicen con todas las garantías para que la Macarena recupere todo el esplendor perdido, vuelva a lucir como siempre y la talla regrese completamente saneada. Ese es el objetivo principal del proyecto que acometerá Pedro Manzano en las dependencias de la hermandad, de donde no se moverá la Virgen durante todo el proceso.
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