El Ayuntamiento de Sevilla y la hermandad de San Roque conmemoró el 376 aniversario, como cada 2 de julio, del voto de acción de gracias por la extinción de la peste que Sevilla padeció en 1649 con una función votiva celebrada en la propia parroquia y con la presencia de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan.
El Santo Crucifijo de San Agustín salvó a Sevilla de una epidemia de peste que causó la muerte de unas 60.000 personas, prácticamente la mitad de la población, entre las que se encontraba, entre otros, el imaginero Juan Martínez de Montañés.
Hace casi cuatro siglos, el Cristo de San Agustín salió en procesión hasta la Catedral, donde fue recibido por el Cabildo Catedral. Al día siguiente, la imagen regresó a su convento y, a partir de entonces, la epidemia comenzó a remitir.
El pasado año, con motivo de la celebración del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, y coincidiendo con el 375 aniversario del voto de acción de gracias al Cristo de San Agustín por la ciudad de Sevilla, el crucificado fue venerado en la capilla de San Pedro, junto a la Capilla Real, formando parte de la exposición Fons Pietatis. Posteriormente, pudo admirarse en procesión sobre el paso del Cristo de las Misericordias de Santa Cruz, casi un siglo después de su última salida en paso por las calles de la ciudad.
Cristo de San Agustín
El Cristo de San Agustín es una talla gótica, con pelo natural, faldellín y aureola. El actual crucificado es obra de Agustín Sánchez Cid, realizada en 1944 como réplica exacta del original, que desapareció en el incendio de 1936. La talla original databa del siglo XIV, lo que la convierte en una de las advocaciones más antiguas de Sevilla. Desde 1990, es titular de la hermandad de San Roque. La imagen llegó a la parroquia en el siglo XIX, cuando los monjes agustinos fueron expulsados de su convento.
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