El 'Universo' de la Feria estalla en mil colores para despedirla hasta el año que viene

Atrás quedan los días de calor sofocante, de cifras mareantes sobre ocupación hotelera, uso de transporte público y precios disparados. A las doce de la noche, todo eso pasó a la historia a la manera clásica, con unos fuegos artificiales que por ahora no tienen sustituto, aunque el año pasado desde el Ayuntamiento se deslizó la idea de que el cierre de la Feria cambiara por un espectáculo de drones. La pésima experiencia vivida en septiembre, en la Plaza de España, durante uno de los eventos por el V Centenario de la Circunnavegación ha enterrado la propuesta.

Los truenos de aviso advirtieron segundos antes de la medianoche que la mecha se acababa de encender en el Muelle de Nueva York, que sirvió un año más de punto de lanzadera para un montaje que este año perseguía ser aún más visible que el espectáculo del año pasado, que llevaba de nombre Victoria.

Para obtener un mayor efectismo, la empresa recurrió a calibres que van desde los 20 mm a los 125 mm e incorporó una plataforma elevadora. En la información previa facilitada a los medios se anunciaba que la fachada resultante «sería más amplia y con más colorido», y que iba a tener efectos novedosos de sincronización y mayor potencia lumínica gracias a 18 fases de disparo 'non stop', con un total de 4.900 unidades de disparo.

El espectáculo de pirotecnia ha sido de altísimo nivel, con momentos como los corazones que se fueron formando en el cielo o las serpientes que tras estallar iban descendiendo poco a poco dando más vistosidad a los fuegos. A los pocos minutos de haber empezado, el cielo de Sevilla se fue llenando de una neblina formada por el humo de la pólvora.

Por motivos de seguridad, los alrededores del muelle fueron desalojados y se cortó el tráfico en el Paseo de las Delicias a la altura del Puente de San Telmo y la Glorieta de México, la Avenida María Luisa a la altura de la Glorieta de San Diego y el Puente de Los Remedios. Los incombustibles de la Feria, los que la abrieron en el sábado del Pescaíto, le echaron el cierre mirando al cielo desde la misma puerta de la caseta. Había ya otras con los toldos echados y con el desmontaje ya iniciado.

Otros optaron por acercarse al puente de Triana o a las inmediaciones de la Plaza de Cuba para tener una visión aún más despejada y quien cuenta con azotea y ya se había puesto el pijama, se pilló butaca de primera desde lo más alto del edificio donde vive. Así se cierran las Ferias de Abril en Sevilla.